Abanca 34 - Logroño 31: 'Golpe de efecto de un gran Ademar'

El equipo leonés abrió brecha en un tramo final de primera mitad superlativo en ataque y supo aguantar los intentos de remontada de La Rioja / David y la portería, decisivos

Jesús Coca Aguilera
18/10/2019
 Actualizado a 18/10/2019
Lucin intenta superar el agarrón del defensor de La Rioja para lanzar a portería. | MAURICIO PEÑA
Lucin intenta superar el agarrón del defensor de La Rioja para lanzar a portería. | MAURICIO PEÑA
Llevaba semanas dando muestra el Abanca Ademar de que algo grande se está gestando en ese vestuario, con exhibición tras exhibición y un triunfo solvente tras otro. Sin embargo, siempre podía quedar la duda de qué pasaría cuando enfrente estuviera un rival directo. Incógnita resuelta. Cuando otro ‘ogro’ de la liga Asobal fue el rival, lo que llegó fue una versión aún mejor de un gran Ademar, que venció (34-31) a un La Rioja incapaz de frenar el vendaval ofensivo que por momentos fueron los de Manolo Cadenas.

En defensa no fue el mejor día de los leoneses, permitiendo demasiados tiros cómodos al ser incapaces de frenar las penetraciones de Kukic y Balenciaga y el constante juego con pivote y extremos, pero no se notó tanto por la estratosférica actuación en portería de Slavic en la primera mitad y Patotsky en la segunda. Pero es que, en ataque, por momentos rozaron la perfección, especialmente en un tramo final de la primera mitad superlativo y a la postre decisivo en el triunfo.

Porque tras un inicio de partido igualado, en el que La Rioja llegó a tener dos goles de renta (3-5) y el Ademar parecía atascado y falto de acierto en ataque, un temprano tiempo muerto de Cadenas, con 5-6 en el minuto 13, cambió por completo el panorama.

Tras un tiempo muerto de Cadenas el Ademar metió 14 goles en 16 minutos y se fue 5 arriba al descanso Lo único que no varió fue que siguió la exhibición de David Fernández, que llevaba ya tres goles a esa altura y acabaría con ocho sin fallo en el lanzamiento y con un recital tremendo no sólo de ‘zambombazos’ desde nueve metros sino también de lectura de juego, sin precipitarse en las acciones y encontrando a pivote y extremos solos ante el sobremarcaje de la defensa.

Él fue el más regular, pero el gran protagonista en esos minutos fue Tin Lucin, al que por momentos se le ‘puso cara’ de Ivano Balic con unos minutos portentosos, en los que el culmen fue un ‘golazo’ de rosca y una asistencia con caño al defensor, pero donde rompió una y otra vez a la defensa a base de penetraciones y pases de fantasía.

David metió 8 goles sin fallo, Lucin dejó minutos de tantos y pases mágicos; y Marchán agarró todo en seis metros Con él a los mandos y un ritmo trepidante sobre la pista, el 9-9 fue la última vez que La Rioja consiguió tener las tablas en el marcador. A base de contraataques, forzados al límite y al que todos contribuían, pues incluso uno de ellos lo culminó tras varios pases Marchán; y de un ataque estático donde siempre acababan encontrando el lanzamiento claro, el Ademar logró un parcial de 5-1 que puso la renta en los 5 goles (17-12), misma diferencia con la que se irían al tiempo de descanso (19-14) tras hacer 14 tantos en 16 minutos.

Sin embargo, aún habría mucha ‘tela que cortar’. Con Hackbarth letal desde el extremo y Garciandía permitiendo que por fin el lanzamiento exterior les aportara algo en ataque, La Rioja se colocaba a sólo dos (24-22) en el minuto 41, dejando en apenas nada la renta de un Ademar que fallaba en ese momento su tercer penalti del encuentro.

La Rioja llegó a ponerse a dos en la segunda mitad, pero en dos superioridades Ademar recuperó su máxima renta Pero las dudas no llegaron a aparecer, en parte por tres protagonistas inesperados, pero también por uno que empieza a ser habitual. ¿El de siempre? Rubén Marchán, un coloso en seis metros, donde agarraba todo lo que le lanzaban. Fuera un buen pase o un melón, el pivote lo cogía y acababa sacando algo positivo, bien fuera gol (hizo seis), penalti o exclusión. ¿Con los que no se contaba? Uno Patotsky, más que nada porque parecía arriesgado sentar a Slavic al nivel al que estaba, y que acabó con un 43% de paradas, incluidas contras y tiros solos en seis metros. Otro Juanjo Fernández, al que apenas está utilizando este año en ataque, y que esta vez sí tuvo más tiempo en su lateral natural y lo aprovechó con dos goles decisivos en momentos en los que La Rioja apretaba. Y el último Feutchmann, que no estaba acertado en el lanzamiento, pero asumió la responsabilidad de los penaltis tras errar Mario, Jaime y Gonzalo, y metió los cuatro que lanzó.

Con esos estiletes y un público enganchado y animoso como hacía tiempo que no se veía en el Palacio, el Ademar aprovechó dos superioridades para cortar con parciales a su favor el intercambio de goles que había en esos momentos, y llevar la diferencia a los cinco (30-25) cuando los de Velasco pedían tiempo muerto a falta de nueve minutos e incluso a una máxima de seis (32-26) a poco más de seis minutos para la conclusión.

Feutchmann solucionó el problema de los penaltis tras fallarse 3. Juanjo aportó en ataque en momentos claves Parecía completamente sentenciado, pero aún hubo que sudar un poco. Con una defensa 4-2 abierta propiciando las pérdidas de balón ademaristas y Balenziaga encontrando huecos en ataque, La Rioja llegaba a ponerse a tres (33-30)... y porque Jaime forzaba una falta de ataque en un contraataque.

Sin embargo, un gol de Carou decidía y dejaba definitivamente los dos puntos en León. Un triunfo clave para pensar en jugar la Copa Asobal. Una imagen que invita a ilusionarse.
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