‘A punto de ser nada’ se convierte en exposición

La Fundación Cerezales Antonino y Cinia inaugura este domingo una nueva exposición temporal que está concebida como una suerte de biblioteca fantasma que conserva paisajes al borde de la desaparición

L.N.C.
18/05/2021
 Actualizado a 18/05/2021
Trabajo de campo en la Gran Corta de Fabero con Juan López. | FCAYC
Trabajo de campo en la Gran Corta de Fabero con Juan López. | FCAYC
'A punto de ser nada' es un trabajo de investigación que ha tenido lugar en los últimos tres años en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia junto a los artistas Irene Grau, Juan López y Jorge Yeregui, y que ha dado lugar a una exposición que se inaugura el 23 de mayo en su sede. La inauguración tendrá dos pases, a las 11:00 y a las 13:00 para los cuales es imprescindible obtener una invitación en fcayc.org desde el día 13.

El título recoge un tópico que asoma con facilidad en los vecinos de la zona en la que se encuentra la Fundación cuando se detienen a hablar sobre aspectos que van de la minería a la agricultura o a la ganadería, en cuanto fijan la vista en el paisaje y la materia que lo compone adquiere la connotación de «materia prima». A partir de ahí, el proyecto surge para tratar de indagar, qué preguntas cabría hacerse y qué podría venir después.

La muestra, que podrá visitarse con acceso libre hasta el 21 de noviembre en la sala de Cerezales del Condado, está concebida como una suerte de biblioteca fantasma. Conserva paisajes al borde de la desaparición. Presenta, en una cata no solo vertical, sino en todas direcciones, restos de materia, energía y formas.En su conjunto, estas formas han sido localizadas y creadas en distintas sesiones de trabajo de campo en compañía de Irene Grau, Juan López y Jorge Yeregui, a lo largo de los últimos tres años. La investigación enlaza tiempos y campos, así como todo tipo de sustancias. Incorpora registros y vidas presentes en el día a día de este lugar en el que nos encontramos y compartidos en infinidad de otros lugares del planeta. Discurre entre karst, minas, montañas, infraestructuras de gran impacto e imágenes agrarias: híbridos complejos de la historia, unidos en ocasiones por túneles y galerías estéticas, poéticas y políticas no tan evidentes. Anticipa la necesidad de ampliar los imaginarios para dotarnos de narrativas con otra resonancia, capaces de restaurar nuestra empatía, incidencia y responsabilidad sobre presentes y futuros globales, avistados desde una región de la montaña en el medio rural leonés.Buena parte de los ciclos y programas de FCAYC toman el paisaje como un medio antes que como un fin. Perciben el suelo y sus transformaciones como espacio de referencia para hacer posible la vida. Procesos de todo tipo –biológicos, sociales, geológicos o culturales–, íntimamente unidos a través de un tiempo no lineal a las distintas formas de poblar el planeta, asientan esta percepción.A punto de ser nada es un proyecto de investigación que ensambla parte del trabajo previo desarrollado a lo largo de los últimos diez años en FCAYC y ese lugar de partida –el paisaje ante y  bajo nuestros ojos–, con una exposición que toca el suelo con el ánimo de intuir qué vendrá después, qué afinidades y futuros necesitamos imaginar para dar continuidad a la vida a la vista de sus propios fantasmas.A la obra de los artistas, se unen  materiales de la Real Academia de Artillería de Segovia, películas ('Earth' de Nikolaus Geyrhalter, 'Los Montes', de Chema Sarmiento), fósiles provenientes de las voladuras de la mina “Nueva Julia”, los últimos ejemplares de 'Dicksonias antárticas vivos'  (procedentes de CIUDEN), los textos de Aurora Fernández Polanco y Alberto Ruiz de Samaniego o vídeos promocionales sobre minería en asteroides o hidrosiembra.La exposición desencadena además un programa de actividades de mayo a noviembre, titulado “A punto de ser nada” que incluye filandones, paseos de interpretación del paisaje, talleres, presentaciones de libros, proyectos en torno al sonido y un programa junto a la universidad de León, con personas como Jussi Parikka, Abelardo Gil Fournier, José María Parreño, José María Merino o Noemí Sabugal.La sala principal de la exposición, donde están el grueso de las obras de los artistas se completa con la sala “Mezzaninne” y sala “Sala de Ensayo 2”.En la primera; el “Mezzaninne”, se desplegará, a modo de novela gráfica, una colección de títulos bibliográficos, abiertos en páginas clave, para contar el paso del siglo XX a los nuevos imaginarios que vendrán: de la biblioteca del MAGRAMA a novelas distópicas sobre terraformación o colonización de otros lugares. Finalizará con un vídeo promocional sobre los avances en torno a la minería en asteroides y una pieza de Jorge Yeregui perteneciente a la serie fotográfica “Montañas perfectas”: una imagen de la escombrera de Vegamediana tomada desde el Mirador de Los Rejos.

En la segunda; la sala de ensayo 2, será un Aula de escucha donde se podrá experimentar un ejercicio de apertura al paisaje tanto visual como sonora, a través de una selección de grabaciones de todo el mundo y de portadas discográficas.

Cuenta con una selección de 45 trabajos discográficos de todo el mundo que pueden suponer 45 puntos de fuga en una exposición. Grabaciones de campo con canciones de trabajo, reformulaciones desde la música tradicional sobre la convivencia con el territorio, propuestas contemporáneas que miran a paisajes en continua transformación…

El material sonoro de esta sala está agrupado en cuatro listas de reproducción que a su vez funcionan como estratos sonoros: Sin caer en un ejercicio totalizador y con las limitaciones que supone el material discográfico, producido en gran parte por Estados Unidos y algunos países europeos durante muchas décadas, 'Antroposfera' intenta abrir el abanico geográfico del primer estrato; 'Litosfera' se centra en los ejemplos que miran bajo y sobre la montaña: canciones relacionadas con el extractivismo de las materias primas, así como músicos que miran lo geológico desde el sonido. La agricultura, una transformación que dibuja el territorio en todo el mundo, es el motivo principal de 'Biosfera'. Por último, 'Troposfera' es un canto coral sobre la superficie terrestre, una amalgama de voces que cuentan sin palabras, que proponen diferentes modos de relación con lo no-humano desde la vibración a través de valles, montañas y ríos.
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