70.000 hectáreas de León que miran hacia Bruselas

La UE plantea coger muestras de agua de las escorrentías de lo que se riega por inundación para controlar el uso de pesticidas y penalizar en la PAC

T. Giganto
16/11/2017
 Actualizado a 07/09/2019
El uso de pesticidas en el campo está cada vez más controlado y ligado a las ayudas económicas europeas. | ICAL
El uso de pesticidas en el campo está cada vez más controlado y ligado a las ayudas económicas europeas. | ICAL
La Política Agraria Común (PAC) ha ido evolucionando conforme lo ha hecho la agricultura. Junto a las reformas que se producirán de cara a la próxima campaña y que ya han sido aprobadas por el Consejo de Ministros de España, surgen otras enfocadas a preservar el medioambiente y cuya finalidad es promover prácticas más sostenibles en la agricultura. Entre ellas, y también dentro de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea, está la de reducir el uso de fitosanitarios. Para conseguirlo Bruselas se plantea tomar muestras de agua de las escorrentías a desagües y arroyos generadas en las fincas que se riegan por sistemas de inundación. Con ello controlarán el nivel de fitosanitarios y nítricos, que no podrán superar determinados niveles con el fin de preservar la biodiversidad. En la provincia de León hay actualmente unas 135.000 hectáreas de riego de las cuales unas 65.000 son riegos modernizados oficialmente y otras 70.000 son hectáreas que todavía se riegan por sistemas de inundación o gravedad.

Los niveles de nítricos del agua que aporte el riego a los arroyos no podrá superar los límites Son precisamente estas las que están en el punto de mira de la nueva normativa del agua que plantea además penalizar al agricultor. «Cada vez van a intervenir más en los problemas medioambientales y de cara a la negociación de la PAC de 2020 va a ser la clave», explica Matías Llorente, secretario general del sindicato leonés Ugal-UPA. «Cuando esta medida se aplique a los riegos por inundación va a hablar problemas muy serios que una vez más evidenciarán la necesidad de modernizar y de ahorrar agua», recalca y además añade que «hay que evitar problemas que puedan generar las escorrentías y el abuso del empleo de agua en los riegos». «El cuidado del medioambiente, por la situación que estamos viviendo, precisa de normativas que controlen estos desmanes porque a este ritmo nos cargamos el planeta», incide Llorente.

Novedades de la PAC


Todo aquel que tenga más de 14 hectáreas de cultivo declaradas en la PAC tiene que dejar un 5 por ciento de la superficie destinada al ‘greening’ o pago verde, es decir, tiene que destinarla a cultivos que fijen nitrógeno en el suelo. Lo más común en estos casos es optar por la siembra de beza, alfalfa, leguminosas o bien optar por el barbecho o la retirada de la tierra. Esta parte de la PAC supone un 38 por ciento del total del pago de la ayuda.

La prohibición de usar pesticidas en las fincas del pago verde de la PAC mermará el cultivo de leguminosas En el caso de la alfalfa o las leguminosas es una práctica habitual la de ayudar al cultivo con el empleo de fitosanitarios, una práctica que ahora no se podrá llevar a cabo según la modificación de la normativa que prohibe aplicar ningún de insecticida, ni herbicidas, pesticidas o fungicidas. «A medida que avanza la nueva PAC, cada vez hay más restricciones en el tema de los abonos, de la utilización del agua y de los fitosanitarios» explica Llorente quien reconoce que lo más fácil es entonces dejar los cultivos del ‘greening’ en barbecho o retirada aunque «para un agricultor lo más duro es dejar una tierra sin cultivar». Esta medida mermará considerablemente la superficie cultivada con leguminosas, como es el caso de las alubias en el Páramo, las cuales proceden básicamente de ese 5% exigible en el pago verde.
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