43 años después

Nuestros políticos, un día antes de que empezara el puente, celebraron ayer el aniversario de la tan nombrada Constitución, ese texto que centra todos los debates y cuya reforma parece más compleja que la de la mismísima legislación laboral. En palabras de la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, la Carta Magna supuso «un soplo de aire fresco tras los cruentos enfrentamientos entre hermanos y hermanas. El problema es que el aire fresco de hace 43 años ya empieza a no serlo tanto. Existen muchas cuestiones, muchos artículos, que siguen plenamente vigentes, lo que demuestra que fue escrita por sabios que conocían muy bien este país y que quisieron destacar más los puntos en común que aquellos que nos enfrentan, pero después de tanto tiempo no se les pueden pedir milagros. Por ejemplo, Lourdes Rodríguez Rey, fiscal del Tribunal Supremo, puso sobre la mesa los nuevos retos constitucionales que implican la era digital y la pandemia, sobre todo en lo referente a las vacunas. «Hay que reflexionar sobre el momento actual de la Justicia, sobre la importancia del Ministerio Fiscal y la importancia de la Constitución en los derechos fundamentales de los ciudadanos y de las ciudadanas. También de la misión que se le ha encomendado y la refundación que hizo del Ministerio Fiscal y de los nuevos retos constitucionales que tenemos todos». No se puede decir mejor.