30 años de trabajo y una marca propia: Alauto

Su pasión por el automóvil y el trato que dan al cliente –al que ofrecen "condiciones inmejorables"– ha generado "afición". "Les gusta decir que conducen un Alauto"

R. Álvarez
09/06/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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Tres décadas de trabajo han dado para mucho. Para empezar un sueño en 1989 en la Avenida de la Facultad de Veterinaria con más ilusión que medios, para crecer, para aprender a sortear no pocas dificultades y, finalmente, construir lo que hoy es Alauto. Su pasión es el automóvil y eso se nota. Comenzaron vendiendo coches de gama media, nacionales, pero «suspiraban» por los modelos más exclusivos. Es con ellos con los que trabajan actualmente –principalmente con BMW–, vehículos «de ocasión», de segunda mano o de ‘kilómetro cero’ que venden «en inmejorables condiciones» y con un precio muy atractivo para el cliente, al que cuidan especialmente. «Si de algo nos sentimos orgullosos es de haber creado una gran familia. Damos tres años de garantía en la compra, pero nuestro seguimiento es mayor», asegura su propietario, Alfonso García.

La «inmejorable» calidad/precio de sus vehículos y el trato de cercanía al cliente son las bases del éxito de Alauto, las que han conseguido que a día de hoy su nombre se haya convertido en una marca. «Tenemos coches de grandes fabricantes, pero a nuestros clientes les gusta decir que lo que conducen es un Alauto». Así lo indica Alfonso García, quien se muestra satisfecho porque, generalmente, quien compra en Alauto «está contento con nosotros y repite o recomienda. Cuando alguien habla de nuestra casa nos produce una alegría inmensa. Hemos hecho una marca y podemos decir que también tenemos afición».

Además de vehículos para la venta, en Alauto sorprenden de vez en cuando con modelos exclusivos para exposición. Ferrari, Bentley, Excalibur... por su concesionario han pasado en los últimos años auténticas «obras de arte». Durante estos días –y al menos durante un par de semanas más–muestran un Rolls Royce Phantom Drophead Coupé que pertenece a un «alautista de corazón». El vehículo –al que la Academia Básica del Aire de La Virgen del Camino abrió sus puertas para este reportaje. ¡Gracias!– tiene diez años y apenas 13.000 kilómetros. En su fabricación fueron necesarias 350 horas de mano de obra, mide 5,60 metros de largo y pesa 2.600 kilos. Tiene una potencia de 460 CV y alcanza los 250 kilómetros por hora de velocidad máxima. Se fabricaban 200 unidades al año, pero García asegura que «no hay dos Phantom iguales». Son múltiples los detalles que se pueden incluir y que diferencian un modelo de otro. Este, blanco y descapotable, está recubierto en su interior con madera de Teca, empleada en embarcaciones, y su tapicería es de cuero connolly. Si hubiera que ponerle un precio, «tal vez...» rondaría los 250.000 euros –cuesta 580.000 nuevo– pero, al menos por ahora, su propietario no está interesado en su venta.
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