2015: El mandato de la llegada del AVE, la gastronomía y la sopa de siglas

Las elecciones de hace cuatro años dejaron un salón de plenos con seis grupos políticos. El pacto PP-Cs saltó por los aires por la trama Enredadera

Alfonso Martínez
19/05/2019
 Actualizado a 15/09/2019
El alcalde de León, Antonio Silván, levanta el bastón de mando tras tomar posesión el 13 de junio de 2015 en virtud de un pacto con Ciudadanos. | MAURICIO PEÑA
El alcalde de León, Antonio Silván, levanta el bastón de mando tras tomar posesión el 13 de junio de 2015 en virtud de un pacto con Ciudadanos. | MAURICIO PEÑA
Nunca antes había habido seis grupos políticos en el salón de plenos del Ayuntamiento de León. Hace cuatro años, La Nueva Crónica publicó una serie de reportajes con la historia política de cada uno de los mandatos que se han sucedido en la capital leonesa desde el año 1979, cuando se celebraron las primeras elecciones municipales del periodo democrático.

Es por eso que conviene ahora escribir ahora el capítulo referido al mandato que está a punto de concluir, que ha estado marcado por una fragmentación política que no ha impedido la estabilidad hasta el tramo final del mismo.

El PP se hizo con la victoria pese a perder cinco concejales –venía de una mayoría absoluta derivada de la caída de los socialistas por la crisis en 2011 y pagó el precio de los recortes acometidos desde entonces– que se fueron fundamentalmente a Ciudadanos y que dieron a esta formación la llave de la gobernabilidad. Por su parte, el PSOE siguió perdiendo apoyos en el Ayuntamiento de León en favor del resto de partidos de izquierda, León Despierta y León en Común. Todo ello hizo posible la fragmentación de la que hablábamos al inicio.

Las elecciones se habían celebrado el 24 de mayo de 2015 y el 9 de junio, tras haberse reunido con las dos principales fuerzas políticas, Ciudadanos anunció que apoyaría la investidura de Antonio Silván (PP) sin entrar en el equipo de gobierno, aunque participando en la política municipal a través de cuestiones como las políticas de empleo o las nuevas tecnologías.

La estabilidad política fue la tónica dominante durante los tres primeros años de mandato. Pero el pasado 3 de julio todo cambió. Se desató la denominada Operación Enredadera, con registros en el Ayuntamiento de León –y en otros cinco de la provincia– y con un concejal y dos técnicos investigados. Ciudadanos dio por roto el acuerdo con el PP semanas después, aunque finalmente no apoyó la moción de censura que planteó el PSOE a cambió de la renuncia del edil investigado y la puesta en marcha de una comisión de investigación que –a la espera de lo que digan los tribunales– determinó que no había habido irregularidad alguna.

Pero más allá del escenario político, el mandato que ahora termina deja hitos muy importantes, aunque también cuentas pendientes con proyectos de ciudad que deben ser irrenunciables para el próximo inquilino de la séptima planta de la sede municipal de Ordoño. La llegada del AVE en septiembre de 2015 y la apertura del Palacio de Exposiciones en mayo de 2018 hicieron realidad dos grandes retos que León tenía planteados desde hace años. Sin embargo, están pendientes todavía la conclusión del soterramiento del AVE a su paso por la capital y el impulso de la rehabilitación de la vieja azucarera para convertirla en el Palacio de Congresos.

Otro proyecto a medias es el de la integración de Feve entre el apeadero de la Asunción y la estación de Padre Isla. La obra civil de la plataforma está terminada, pero falta la urbanización del entorno urbano –los trámites administrativos están a punto de concluir tras la paralización temporal por parte de Adif– y lo que es más importante, el regreso de los trenes hasta el centro de la ciudad, que sigue sin fecha fija.

La remodelación de la plaza del Grano y la apertura de otro tramo paseable en la muralla son otras cuestiones abordadas en estos cuatro años, aunque para el siguiente mandato quedará el tramo de la Era del Moro, cuyo proyecto permitirá restaurar totalmente el monumento y abrir una senda peatonal entre la plaza del Espolón y Ramón y Cajal.

Para los próximos cuatro años queda la conclusión de la rehabilitación del Parador de San Marcos, que comenzó hace justamente un año y cuya segunda fase sigue en el alero después de fuertes discrepancias entre populares y socialistas a cuenta del proyecto de la misma.

Y no por quedar para el final es menos importante, porque el mandato que concluye ha sido también el de la gastronomía. La capitalidad dejó en la ciudad más de 400 actividades con el récord Guinness del plato de cecina más grande del mundo como una de las más destacadas. Además, el impacto publicitario que supuso se ha valorado en 17,5 millones de euros. Todo para poner la guinda a cuatro años en los que además se ha seguido rebajando la deuda.
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