"Yo en lo que creo es en las hadas"

Emotivo corro en Villarmún con homenaje a los veteranos del pueblo, lucha de base y victorias de Justel, Nerea y Vanessa

Fulgencio Fernández
20/08/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Imagen del homenaje. | DANIEL MARTIN
Imagen del homenaje. | DANIEL MARTIN
Tiene un sabor diferente un corro como el de este sábado en Villarmún que comienza (al margen del retraso porque nada se sabía del autobús de las rutas delos niños) con un homenaje a los ilustres del lugar, unos presentes y los fallecidos con algún familiar: Timoteo Hidalgo, Heraclio Yugueros, Bernardo y su hermano José Antonio Álvarez o Manuel Gallego Coca, que fue además quien puso el trabajo de organizar el corro y arrancarle a una campa seca un redondel verde en el centro.

Tiene un sabor especial porque los nombres de Bernardo o Timoteo, en boca de los aficionados, se mezclan con los de los niños de la base que salen al centro de los dos corros: Rebeca, ¡que raza!, Marcos, Mondelo, Florián, Carlota, Alvarado, Edgar o El terremoto de Gradefes, por citar algunos. Tiene un sabor especial porque las anécdotas de cómo esos viejos luchadores ayer homenajeados iban a calentar para el corro tomando un orujín en la Casa del Pata de Santa Olaja (con la hija en primera fila) se mezclaban con el dolor de la niña Alma Flecha, que acudió hasta el doctor Martín para curar primero su dolor de cabeza y después querer quedarse como ayudanta del médico y se quedó. Cuando éste le pedía algo que no encontraba le dice. «Esto parece cosa de brujas ¿Tú crees en las brujas?».

Y ella, sin inmutarse, le explicó: «No, yo lo creo es en las hadas».

No sé si en las hadas pero sí se puede creer en esa lucha que volvió este sábado a las praderas de Villarmún, con recuerdos para los abuelos y aplausos para los nietos y con admiración de las gentes del lugar, que saben de lucha y disfrutaron con los más pequeños.

Justel, Nerea y Vanessa

Pasó la lucha de base, la emoción de ver a los niños dándolo todo y la pena de ver categorías vacías o con un solo luchador o dos provocando eso de subir de categoría.

El mismo problema de la femenina, que comenzó a continuación, con las 10 luchadoras habituales, lo que volvió a provocar una final directa en ligeros entre las dos inscritas, las casi niñas Isabel Justel y Bea Riaño. Están muy igualadas, tienen raza y son diferentes. La niña Justel tiene mucha lucha y sabe esperar, Bea va a por todas, incluso alocada, y su pasión le provoca a veces una frustración en la que los ojos se vuelven vidriosos. Ayer ganó Isabel y los aficionados aplaudieron la raza de su rival de Cistierna.

En medios volvió esa Nerea Lorenzo con mañas añadidas de judo, que cuando engancha a sus rivales y logra una gocha retumba el suelo. Ayer se lo hizo a las dos gemelas y Gallego Coca exclamó después de una de ellas: «Ojito a lo que acaba de hacer esa niña, que no lo hace cualquiera». YManuel sabe de los que habla, no será por la lucha que no haya hecho y visto.

Y pesados deparó una curiosa final Vanesa con una s (Presa) contra Vanessa con dos eses (Santos). La primera ganó en semifinales a una Luzma que dejó pasar el tiempo pues creía que era ella quien iba ganando. La victoria fue para una cada día más asentada Vanessa Santos, muy práctica en su lucha.
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