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Visitando al ‘Pájaro Espino’

05/03/2016
 Actualizado a 10/09/2019
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Hace un mes, aproximadamente, el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, y el vicario general de la diócesis, Marcos Lobato, se desplazaban a Roma para visitar a Lucio Ángel Vallejo Balda (notición para empezar), execónomo de la curia astorgana y que como saben continua arrestado, ahora en un apartamento vaticano, a la espera de juicio por la filtración de documentos secretos de la Santa Sede. Un juicio que, en teoría, está a punto de celebrarse. Y digo en teoría porque en los últimos días y según varias informaciones de medios como ‘infovaticana.com’ el Papa Francisco podría indultar a los ‘protagonistas’ de lo que se ya se conoce como ‘Vatileaks 2’.

Jorge Bergoglio habría decidido, según algunas fuentes, dar todo un ejemplo de bondad e indultar a Balda, quien se retiraría por algún tiempo a un monasterio cerca de su Logroño natal o bien en la diócesis de Astorga, a la que él pertenece. ¿Podría ser ese uno de los motivos de la visita? El Papa entiende que sería un buen ejemplo de perdón a un sacerdote que realmente apenas sí ha contado una ínfima parte de la información que puede poseer. De hecho, en declaraciones de hace unos días a el diario ‘El País’, uno de los autores de los dos polémicos libros (‘Avaricia’ en este caso) a los que presuntamente el sacerdote riojano habría pasado información, Emiliano Fittipaldi, apuntaba que Vallejo Balda sólo informó de las ingentes cantidades de dinero que se mueven en las causas de los santos, una información que según el autor sólo constituye el 5% de su obra.

A ver si el ‘terrible’ delito de Lucio Vallejo no lo es tanto. Las últimas declaraciones, la voluntad del Pontífice y las pruebas acumuladas así lo manifiestan. Ahora muchos, en Roma, Astorga o Logroño, quizás empiecen a rasgarse las vestiduras y a mostrar aquello de «donde dije digo, digo Diego». Habrá que esperar acontecimientos.

Como les digo, la visita del obispo de la ciudad y el número dos de la curia al execónomo también testifica un acto necesario e imprescindible de bondad y caridad, no solo cristiana sino también humana. En última instancia ahora monseñor Menéndez es responsable de Vallejo y tiene que ocuparse de su alma, al menos de ella. La visita, sin conocer los detalles de la misma, es acertada. El prelado astorgano, con mucho tacto, apuntaba hace unos días en un desayuno informativo que Lucio es un sacerdote de la diócesis y que «lo recibiremos con los brazos abiertos si vuelve aquí», esas eran sus palabras. Prudencia y mano izquierda del señor Obispo. Dos virtudes que ya ha sacado a relucir.

He de reconocer que la primera foto que vi de Ángel Vallejo tras su detención y posterior ingreso en la penitenciaría vaticana me dejó muy impresionado. Un hombre cano, enjuto, con rostro y mirada perdida, encorvado y sumamente delgado. Rostro dañado y espíritu torturado por la pena, la desdicha, la deshonra merecida o inmerecida, pero sufrida y vivida ya en cualquier caso. Un hombre con la losa del tiempo, que todavía no ha transcurrido, encima de él. Eso me hizo pensar de nuevo lo de la inocencia del individuo hasta que se demuestre lo contrario.

Ahora llega el juicio, si es que como les digo se llega a celebrar. Se le acusa prácticamente de todo, de robar papeles en el Vaticano y hasta de la muerte de Kennedy. Pero Lucio Ángel (o Ángel Lucio como se le llama en Astorga) es también otro hombre. Chulo, fanfarrón, pero con una visión de futuro espectacular, que dotó a Astorga de muchas cosas que no tenía y que, en buena parte, han contribuido a mejorarla en el ámbito social, religioso y económico. Repito una vez más; el tan cacareado ‘Palacio Escondido’ de Gaudí fue idea suya de principio a fin.

Y como casi siempre, me parece que en este caso no todo es blanco o negro. Hay grises. Vallejo deberá pagar si es culpable. Pero yo sigo pensando que lo que hizo fue un regalo para la sociedad. Y es que a estas alturas lo de la ‘cortina de humo’ está ya muy visto para que siempre tengamos que tragar.
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