Vecinos del cielo

El Día Internacional de las Montañas se celebra el 11 de diciembre desde que así lo declaró en 2002 la Asamblea General de la ONU. León se suma a esa fiesta con una ascensión y una charla del gran referente de la montaña, Isidoro R. Cubillas, sobre el Valle de Valdeón

Fulgencio Fernández
11/12/2016
 Actualizado a 12/09/2019
La vía Ferrata. | ISIDORO RODRÍGUEZ CUBILLAS
La vía Ferrata. | ISIDORO RODRÍGUEZ CUBILLAS
El Día Internacional de las Montañas. Ésa es la fiesta que desde este sábado congrega a un buen número de amantes de la Montaña en el Valle Valdeón, que es donde han decidido celebrarla. Ayer calentaron motores con una charla del gran referente de la montaña en aquel valle, Isidoro Rodríguez Cubillas, y festejan el Día y, explican, «nada mejor que haciéndolo desde un punto de vista deportivo ascendiendo una montaña, al Pico Gabanceda (2.036 m), partiendo del puerto de Pandetrave, una sencilla actividad, apta para todo tipo de montañeros, que permite alcanzar una de las cumbres desde la que se puede obtener una mejor panorámica del sector meridional del macizo central de los Picos de Europa, así como de una gran parte de las montañas del occidental. Se han inscrito 120 montañeros de Castilla y León y otras Comunidades», explican los organizadores, que han sumado las fuerzas del grupoM de Mampodre, la Asociación Leonesa de Escaladores, el Club Deportivo de Montaña de Valdeón, la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León, la Delegación Leonesa de Montañismo, apoyados por el Ayuntamiento y la Junta Vecinal del Real Concejo de Valdeón.

Fue Isidoro Rodríguez Cubillas quien este sábado «vendió» a los asistentes las bellezas de este valle que conoce como la palma de la mano. Recordó primero que «casi una cuarta parte de la superficie emergida del Planeta está ocupada por terreno montañoso que da cobijo a 900 millones de almas. Antaño, estas personas estaban dedicadas a una agricultura, la mayor parte de las veces estacional dado el rigor impuesto por el clima, y a la ganadería, complementada ocasionalmente con la caza y la pesca. Hoy la principal fuente de ingresos va enfocada hacia un turismo de montaña que se hace necesario promocionar y regular dentro de un contexto de racionalidad y sostenibilidad». Y como ejemplo desveló que «desde el mes de julio de este año, en que se inauguró la vía Ferrata de Valdeón, cerca de tres mil personas de las mas distintas procedencias han hecho su recorrido en el que además de su singularidad técnica permite contemplar un paisaje impresionante».

En julio se inauguró la Vía Ferrata y ya la han recorrido 3.000 personas hasta hoy Le resultó muy complicado a Isidoro R. Cubillas ‘comprimir’ en una conferencia todo lo que podría y querría contar del Valle de Valdeón, que él mismo vive y habita, y definió como «un soberbio panorama erizado de altas cumbres en los que el desnivel supera en ocasiones los dos mil metros, unos valles en los que la vista se pierde entre los hermosos hayedos que al llegar el otoño nos muestran un colorido que parece irreal vistiéndose de los distintos tonos de ocre, altas e impresionantes montañas que como reza el eslogan se cuentan a cientos, todo ello por encima de un valle que acoge 8 pueblos».

Para conocer hay que entrar y, recordó, «las entradas al valle de Valdeón hay que hacerlas por uno de sus dos altos puertos, el de Pandetrave o el de Panderruedas, que los crudos inviernos cerraban con frecuencia al depositarse ingentes cantidades de nieve, aislando a sus habitantes. En la actualidad los medios mecánicos posibilitan una fluida comunicación sin que la incomunicación apenas supere unas horas».

Y una vez en su interior la arteria principal del valle tiene un nombre, el río Cares:«Aunque nace en la cabecera del valle de Freñana, es desde Posada de Valdeón desde donde se inicia la llamada Senda del Cares, que consta de dos tramos: el primero, desde Posada a Caín, tiene unos 11 km y aunque muy transitada por los turistas y montañeros durante mucho tiempo, en los últimos años tenía menos visitantes ya que una buena parte del recorrido había que hacerlo compartiendo el asfalto de la carretera con los coches. En la actualidad el ayuntamiento de Posada de Valdeón y la Junta de Castilla y León trazan caminos alternativos, restringiendo al máximo las partes compartidas». La segunda parte del recorrido arranca «enCaín, desde donde nos introduciremos en la Garganta del Cares, hasta llegar a la cabraliega localidad de Poncebos, después de otros 11 kilómetros, sintiendo la agobiante presencia del roquedo de los macizos occidental y central de los Picos de Europa a nuestra izquierda y derecha respectivamente».¿Lugares de interés?Casi todos, pero hay algunos que llaman la atención de los visitantes por su singularidad o formar parte de las viejas tradiciones de esta tierra. Rodríguez Cubillas habló de «el Chorco de los Lobos, sorprendente artilugio ya regulado por unas ordenanzas en el siglo XVII, o la Ermita de Corona, de honda tradición popular, como paradas antes de llegar a Caín». En las más de cien cumbres de Picos hallaremos una para cada persona No podían faltar en sus recuerdos las canales: «Son una de las singularidades de estas tierras, inclinadas pendientes que dan acceso a los altos pastos y a la altas montañas. Con frecuencia el hombre ha tenido que adecuar inverosímiles caminos con armaduras, sedos y poyatas para facilitar el tránsito de las personas o el ganado. La canal de Trea, la de Dobresengos, la de Mesones, la de Capozo, la del Perro o la de Remoña, son algunas de las muchas que podríamos citar», explicó.Y llegó Isidoro R. Cubillas a lo que podríamos llamar su habitat natural, las montañas, ésas que tantas veces ha ascendido y a las que definió como «esos gigantes calizos que se levan con descaro en busca del cielo» y de las que contó que «de las 14 cumbres que superan los 2.600 metros de altitud en el conjunto de los Picos de Europa, 11 se encuentran en el término municipal de Valdeón, y hay más de un centenar que sobrepasan la cota de los 2.000 metros» y les fue poniendo nombres a las más llamativas:« Torrecerredo (2.648 m) el techo de los Picos de Europa, el Llambrión, la Torre del Friero, la Bermeja, la Torre Peñalba, o la excelsa Torre Santa o Peña Santa, son de sobra conocidos por todos los montañeros que se precien de conocer los Picos de Europa. En estas cumbres encontraremos una montaña para cada persona, desde sencillas ascensiones a escaladas extremadamente difíciles».

No podía pasar por alto otra referencia inevitable, Collado Jermoso, al que llamó un «auténtico nido de águilas por su singular ubicación en el macizo central. Es un objetivo en si mismo, aunque puede servirnos como punto de partida para actividades de mayor nivel en la zona», señaló Cubillas, quien recordó que «El invierno confiere a los Picos de Europa otra categoría. Además de incrementar su belleza encontraremos la alta montaña con toda su crudeza. A las difíciles escaladas podremos añadir sencillos recorridos con raquetas de nieve o plácidos descensos en esquí, aunque con ellos en los pies también podremos aventurarnos en empresas de mayor calado y dificultad».

Se atrevió Isidro Rodríguez Cubillas con una frase que resumiera todo aquello que quiso contar a los montañeros que este sábado acudieron a Valdeón. «En este valle el curioso observador, el amante de la naturaleza, el senderista, el sufrido montañero, el escalador de dificultad, el corredor de montaña, el alpinista o el esquiador de montaña, encontrarán una actividad adecuada a sus intereses y conocimientos, desde la más sencilla, a la de extrema dificultad y compromiso, sin mayor limitación que la que le impongan sus sueños y aptitudes»; sin olvidar, reseñó, que «La belleza de su flora o la contemplación de su fauna añaden un contrapunto de hermosura e interés al entorno.

Y este domingo, precisamente el Día Internacional de las Montañas, pues a celebrarlo como corresponde, en las montañas, y donde corresponde, Valdeón.
Archivado en
Lo más leído