Y es que con los metales y el triunfo conseguido en Split, la berciana lleva una década subiéndose al podio de un Europeo de forma casi permanente, quedándose fuera de los tres primeros puestos solo una vez, en Bielorrusia en 2010, ya que en el campeonato disputado el año pasado en Noruega no pudo participar por una lesión que también le hizo perderse el Mundial de Houston.
En el palmarés de la berciana no caben más medallas. Tras la primera, de bronce, conseguida en Estrasburgo en 2007, han llegado otros dos terceros puestos (Rumanía en 2009 y Rusia en 2011); tres segundos (Italia en 2008, Turquía en 2012 y Albania en 2013) y dos victorias, conseguidas de forma consecutiva en 2014 y 2015.
Y es que en los últimos años Valentín se ha consagrado como una de las grandes figuras a nivel mundial, siendo además una de las pocas supervivientes a los constantes escándalos por dopaje que han salpicado la disciplina.
Prueba de ello es que Zabolotnaya o Evstyukhina, las dos primeras clasificadas en el Europeo de Bielorrusia en la que la de Camponaraya terminó en la cuarta plaza, fueron suspendidas por dar positivo en los Juegos Olímpicos de Londres y Pekín respectivamente.
Sus éxitos han conseguido que en el Bierzo términos como ‘arrancada’, ‘dos tiempos’ o ‘total olímpico’ no suenen a cuento chino y también que en España la halterofilia femenina, en el ostracismo hasta su fulgurante irrupción, tenga más tirón que sus homólogos masculinos y empiece a llenarse de figuras y de jóvenes promesas.
Creando escuela
Lydia ha creado escuela. En el campeonato de Europa fueron dos y no solo una las bercianas que participaron. En la expedición española se coló la cacabelense María Emma López, que tras dejar claro su potencial en las categorías inferiores, fue undécima en la categoría de hasta 69 kilos.
Pero su influencia va más allá de las fronteras de la comarca. Cuando Lydia subía a su primer podio en un Europeo en 2007, Atenery Hernández, triple medallista en la categoría de 53 kilos, apenas acababa de cumplir 12 años y empezaba llamar la atención a nivel competitivo.
Ahora, con apenas 22, la haltera canaria ha conseguido su primer gran éxito está por llegar, por lo que podría llegar a los Juegos de Tokio 2020 ya consolidada como relevo generacional.