‘Usté’ siéntese tranquilo, abuelo

19/04/2017
 Actualizado a 04/09/2019
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Ya sé, y además lo cantaban Sabina y María Jiménez, que «hoy, como siempre, el periódico no hablaba de ti». Mea culpa. Culpa nuestra.

Ya sé, aunque no lo cante nadie, que gente como la que trabaja en las perreras, que se entregan a otro tipo de carrilanos y ambulantes, de olvidados y abandonados, tendrían que tener una sección propia en todos los periódicos, como la tienen los gobernantes, aunque sean malos; los deportistas, aunque sean buenos, o los escritores, aunque no lo sean... O como los «coches volcaos», que nunca faltan.

Reconozco que me emocionan esos chavales que pasean por la calle a sus abuelos, los que les van viendo lo que sus ojos ya no alcanzan y les dicen cuando se cansan: «Abuelo, 'usté' siéntese aquí tranquilo». Reconozco que de tantas entrevistas como pude haber hecho se me pueden olvidar muchas cosas, pero no cuando el nieto de Evangelina Guerra la de Valdeón, irrepetible,me dijo que le gustaba la lucha pero que no le había visto nunca por el corro porque a esa hora, el día de la fiesta, siempre «saco a la abuela a dar una vuelta para que vea a la gente que viene ese día».

Y esa misma admiración siento por Pablo, el chaval de Rodiezmo que ha llenado su casa de animales abandonados, enfermos o indefensos. Por los cuidadores de la perrera, los que colocan a los perros abuelos en su asientoy les dicen con dulzura: «Abuelo, 'usté' siéntese aquí tranquilo».
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