Ésta a la que hacían alusión los policías municipales, habría entrado en juego incluso antes de que se conociera el trágico final de la víctima y de que se hallara su cuerpo. Concretamente el día 16 de septiembre de 2014 (un día después de que la familia denunciara su desaparición y dos antes de que se localizase el cadáver), cuando fueron requeridos por la Guardia Civil para que procedieran a inspeccionar un vehículo estacionado en la gasolinera de Puente Castro que se vinculaba a la desaparición de Roberto y en el que, según se les indicó, podría haber armas de fuego.
Una vez en el lugar "había allí cinco o seis personas" del entorno de Roberto Larralde –entre ellos Miriam, la viuda de la víctima y acusada como coautora intelectual del crimen– que manifestaron a los agentes la vinculación del vehículo con José Ramón Vega, al que habrían relacionado ya en ese momento con la desaparición de Roberto. Junto a esa información, les refirieron también detalles sobre un presunto robo de colonias.
"Nos llamó la atención que ellos sabían más que nosotros", decían ayer los policías locales sobre los familiares de Larralde
A los agentes, según expusieron este miércoles en sala, les "llamó la atención que ellos sabían más que nosotros" abriendo hipótesis sobre un suceso –la desaparición de Larralde– en lo que parecía una «investigación paralela» a la policial. "Eran ellos los que nos iban contando, nos iban dando la información a pinceladas", sostuvieron los mismos agentes que señalaron que en la inspección ocular realizada al vehículo de José Ramón en cuestión no hallaron indicio alguno de que hubiera armas.
Una vez resuelto retirar el vehículo, como ordenaron desde la Policía Nacional, los agentes, «por curiosidad» trataron de seguir las pistas que los familiares y amigos de Roberto les habían facilitado sobre los camiones de colonias hasta que se les avisó de que estas mismas personas se encontraban en ese momento en un terreno de ‘El Peseto’ en la carretera de Santa Olaja de la Ribera, donde se trasladaron de inmediato.
Allí, explicaron, los presentes se hallaban inspeccionando una máquina retroexcavadora que, "según decía uno de ellos, podrían haberla utilizado contra Roberto". Asimismo, afirmaron que esta información fue trasladada a la Policía Nacional sin que, al parecer, les resultara de relevancia pues no se hizo constar en ninguna parte.
Tras los agentes municipales declararon varios trabajadores del servicio de Bomberos de León que intervinieron la noche en la que se localizó el cuerpo de Roberto para dar apoyo a la Policía Nacional en el desenterramiento del cadáver. Según coincidieron, actuaron en todo momento dirigidos por los agentes de Policía Científica, si bien tuvieron contacto directo con el cuerpo.
Este jueves comenzarán a desarrollarse en sala las pruebas periciales con la comparecencia de los médicos forenses que practicaron la autopsia al fallecido, así como varios agentes nacionales para la pericial balística.