Una realidad rica en matices

Luis García aboga por seguir desarrollando en el futuro otros proyectos artísticos en el entorno de la Cueva de Valporquero a fin de poder dar continuidad a la exposición del 50 aniversario, que permanecerá hasta noviembre

Joaquín Revuelta
24/08/2016
 Actualizado a 01/09/2019
‘Estalactitas facetadas’, de Jandro Sáenz de Miera. | ILC
‘Estalactitas facetadas’, de Jandro Sáenz de Miera. | ILC
Luis García, comisario de la muestra colectiva ‘Valporquero, espacio de arte’ y responsable de exposiciones del Instituto Leonés de Cultura, se detiene en la propuesta de Ramón Isidoro que lleva por título ‘Luz última’. "Ha utilizado una pieza de un metro por tres de ancho en la que ha intervenido levemente con pinceladas generando un paisaje, pero en el fondo ese paisaje que ha generado, como si fuera una especie de valle, resulta que refleja la propia naturaleza, refleja los árboles que hay enfrente, refleja los cambios de iluminación... Según desde que punto mires se refleja una cosa u otra. Por así decirlo, es un paisaje en continua y permanente transformación, un paisaje performativo utilizando simplemente un elemento sobre el cual se refleja parte de la realidad natural, lo que está aconteciendo en ese momento.  Entonces es una pieza que está permanentemente en tránsito", subraya García, que continúa el recorrido por las obras que componen la muestra conmemorativa del 50 aniversario de la apertura al público de la Cueva de Valporquero destacando las ‘estalactitas’ en yeso y escayola de Jandro Sáenz de Miera, que en la entrada de la cueva a la derecha quedan muy impactantes porque es el blanco sobre la oscuridad. "Sería un poco aquella referencia a Platón con el tema de la cueva, la imagen que veo y la imagen que se refleja, la realidad que es percibida y la no realidad percibida. Una reflexión filosófica que me parece muy interesante", considera el comisario de una exposición que incluye igualmente una escultura de Andie Schmidt, una artista que junto con Diego Segura formaron parte de los grupos que intentaron volver a la naturaleza. "Ella estuvo integrada en la famosa comuna de Mataveneros y por tanto es una persona estrechamente vinculada a la ecología y a la naturaleza. Ahora vive en un pueblecito al lado de Astorga y lo que ha hecho es una pieza que se titula ‘Vigilante’ y que adopta la forma de un águila muy tosca, de extrema sencillez".

Para el responsable de arte del ILC todas las piezas que aparecen en la exposición tienen una justificación. "Todo está articulado, no hay nada al azar. Todo tiene el sentido de integrar y entablar un diálogo con la naturaleza, de establecer un hilo conductor a todos esos artistas que participan en la muestra y que en el fondo son una pequeña parte de la realidad artística rica en matices, enfoques y planteamientos que tenemos en León", sugiere García, que estaría encantado de poder seguir desarrollando proyectos de este tipo en un entorno como Valporquero, por el que cada año pasan cerca de 70.000 personas. "Se conseguiría una gran proyección a nivel nacional e internacional tanto de artistas leoneses como de personas de fuera que colaboran en este proyecto".
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