Una leonesa de película

Margarita Alexandre Labarga, leonesa nacida en 1923, es una de esas mujeres con una biografía increíble:actriz de cine, directora y pionera, productora, revolucionaria en Cuba, Franco admiraba su primera película y la encarceló en 1975. Acaba de fallecer, en Navidad

Fulgencio Fernández
11/01/2016
 Actualizado a 14/09/2019
Margarita Alexandre Labarga en una foto de hace solo unos meses. | JUAN LÁZARO
Margarita Alexandre Labarga en una foto de hace solo unos meses. | JUAN LÁZARO
En una de las últimas entrevistas de la recién fallecida (el 23 de diciembre) cineasta Margarita Alexandre Labarga ésta singular mujer, con una biografía casi increíble, recordaba su infancia leonesa, que le explicaba al periodista César Combarros.

«Nací en León, en 1923. Mi abuelo materno era teniente coronel de caballería. Mi madre había nacido en Puerto Rico, mientras él combatía en la Guerra de Cuba, y cuando fue destinado a León decidió llevarse a su mujer y a sus hijas con él (mi madre y sus dos hermanas). Por otra parte, mi padre era francés; era ingeniero de minas y estaba trabajando en las explotaciones en León de la Compañía Minera Anglo-Hispana (en la comarca minera de Matallana de Torío). Mis padres se conocieron en León, pero mi madre odiaba el frío y vivía normalmente en Madrid; sólo volvía allí en verano. Yo nací el 3 de julio, así que caí en León».

Con 8 años me fui de León y no volví, recuerdo la estatua de Guzmán, cerca de nuestra casa Cayó en León, pasó aquí pasajes de su infancia, pero no es menos cierto que en su larga vida (falleció con 92 años) no había regresado a su tierra natal, ella misma lo recordaba. «Mi padre trabajó en León hasta que los ingleses vendieron la compañía en 1931. Cada verano, cuando mi madre volvía a León, mis hermanas y yoíbamos con ella. De la ciudad recuerdo la estatua de Guzmán El Bueno, al final de la calle Ordoño II, donde teníamos nuestra casa. Mi padre marchó a Madrid para trabajar en la Compañía de Seguros La Equitativa y una vez concluida la guerra fue uno de los fundadores de Metrópolis Seguros; desde el 31 no he vuelto a León. Cuando viajas de un país a otro como yo, de kamikaze, acabas un poco desarraigada».

Tal vez su ausencia de su tierra natal explica que haya sido una absoluta desconocida esta mujer de apasionante biografía, una gran pionera aunque muy silenciada por el franquismo pues no era precisamente muy ‘adepta a la causa’. Pese a ello, en una de las numerosas paradojas de su vida tuvo que soportar siempre el escuchar que su primera película, ‘Cristo’, era «una de las favoritas del dictador», que hasta recibió a la leonesa (junto a su compañero en el cine y la vida Rafael Torrecilla). El crítico Luis Alegre comentaba ayer en el programa ‘A vivir que son dos días’, de la Cadena Ser, que «fue algo muy habitual en la época, sobre todo entre los sospechosos, para poder seguir llevando una vida tranquila, como me comentaba Fernando Fernán Gómez».

La leonesa se afincó en Madrid, fundamentalmente, y allí entró en contacto con el ambiente del cine. Se casó muy joven, con un aristócrata, con el aristócrata Juan José Melgar y Rojas, XII conde de Villa Monte, pero hizo con él un curioso pacto previo, y más para aquellos tiempos: «Yo le dije que si el matrimonio no funcionaba cada uno sería libre de disponer de su vida». Y no funcionó, el conde cumplió su palabra y la dejó que siguiera su camino, pero en la España de Franco no existía el divorcio. Durante un rodaje, Alexandre conoce al crítico de cine Rafael Torrecilla, quien sería su compañero sentimental durante 50 años. Juntos fundaron la productora Nervión Films.

En 1947 se funda la Escuela de Cine de Madrid y fue una de las primeras mujeres en formarse allí, con gente como Ana Mariscal, pero siempre se negó a hablar de marginación o cosas similares. «Yo no le daba importancia a ser mujer entre muchos hombres porque nunca me he sentido especial. Por mi manera de ser encajé muy bien con el grupo de cine. Fui por la Escuela para mirar un poco, pero la verdad es que aquello no valía para nada».

Contaba Luis Alegre que siempre fue una mujer especial y diferente, «de hecho era una rubia de León y una actriz española que parecía sueca». Entre sus trabajos como actriz destaca ‘Barco sin rumbo’, de José María Elorrieta, pero no le seducía en exceso ponerse ante las cámaras. «Nunca pensé en ser actriz. Lo que pasó es que en España, en los años 40, en el cine había dos o tres estrellas y las chicas que hacían papeles menores no eran muy refinadas. Yo era alta, rubia, medio extranjera... tenía otro aire. Y empezaron a llamarme para hacer papeles, siempre de aristócratas muy malas. A mí me daba igual, porque lo que quería era ir al estudio. Nunca quise ser actriz, no me interesaba».

En Cuba acabó enfrentada a aquel régimen y en Italia financió el rodaje de ‘Operación Ogro’ Yde hecho, nada más que pudo lo dejó. Ya con Torrecilla realizaron la citadaCristo, que era un novedoso experimento filmado con un artefacto inventado por el director de fotografía, Juan Mariné. No era una biografía de Cristo sino una visión artística de su figura, con 1500 imágenes de grandes pintores españoles de los siglos XVI, XVII y XVIII fueron filmadas con la llamada ‘truca’ de Mariné, para relatar la vida de Jesús. Pese a ello, al Caudillo le sedujo aquella singular ‘biografía’, para disgusto de la leonesa.

Ya se ha dicho que no existía el divorcio en España y por ello Margarita se fue a Cuba para casarse con Torrecilla, pero también seducida por la revolución. «Habíamos decidido irnos a vivir a México pero el año anterior, en 1958, visitamos Cuba cuando Fidel todavía estaba en la sierra. Lo que iba a ser un viaje de diversión, para ver qué era aquello, acabó con nosotros en Cuba durante once años». Pero antes rodaron ‘La gata’, que fue la primera película en Cinemascope del cine español y que, desvelaba Alegre, «tuvo una versión casi por para el extranjero que Margarita conoció muchos años después, y de casualidad, en Francia».Regresó de Cuba –enfrentada con aquel régimen por defender a gente como Cabrera Infante– pero no quiso regresar a la España franquista y se fue a Italia, donde siguió ejerciendo de antifranquista, y así ella y Torrecilla financian la publicación del libro Ogro,más tarde llevada a la pantalla como Operación Ogro, que dirigiera Gillo Pontecorvo, y en la que se narraba el asesinato de Carrero Blanco. En 1975, poco antes de morir Franco, fue detenida y encarcelada (ver recuadro de esta misma página)y en el año 1982 ya decidió regresar a España. Escribió sus memorias, pero no las publicó, nunca es tarde en su caso.
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