Una decisión responsable

El PSOE ha optado por la opción menos mala y ha evitado unas terceras elecciones. Ahora se abre una legislatura que se prevé corta y en la que los socialistas pueden influir en las políticas del PP, pero sin cerrarse a alcanzar grandes pactos de Estado

Los socialistas llevan entre la espada y la pared desde junio y ninguna opción era beneficiosa para el partido
24/10/2016
 Actualizado a 28/07/2019
A nadie se le escapa que el PSOE estaba entre la espada y la pared desde las elecciones del pasado mes de junio. Esto ha acabado por dinamitar la unidad interna del partido, que ya estaba debilitada por los nefastos resultados obtenidos en las urnas. Y ayer los socialistas tenían que tomar una decisión que, fuera cual fuera, resultaría negativa para su partido. Ir a elecciones en diciembre llevaría a prolongar aún más una inestabilidad política que dura ya diez meses y a una contienda de la que el PSOE saldría aún más debilitado por la falta de un candidato claro y también por las heridas abiertas en el seno del partido.

Abstenerse tampoco es una decisión para los socialistas, puesto que gran parte de los militantes y cargos públicos siguen empeñados en el ‘no’ perpetuo a Rajoy pese a que ha ganado las elecciones y pese a que el PSOE ha sido incapaz de configurar una alternativa que en cualquier caso habría tenido que contar con partidos secesionistas. Es por tanto una decisión negativa para los socialistas, pero más responsable en lo que al futuro de España se refiere. El PSOE debe contemplar esta abstención como un mal menor y como una forma de influir en las políticas del PP que tanto ha criticado, ya que su apoyo o su abstención serán vitales a la hora de poder legislar. Este escenario debe ser propicio también para alcanzar pactos de Estado en materias como la educativa o la reforma constitucional, que requieren amplio consenso político.
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