Así lo anunciaron este viernes el alcalde de la capital, Antonio Silván, y la portavoz de la formación naranja, Gemma Villarroel, tras la firma de un acuerdo que ha servido para culminar la intensa negociación llevada a cabo durante las últimas semanas. El voto favorable de Ciudadanos llega después de que el equipo de gobierno haya incorporado a las cuentas municipales sus 25 enmiendas, que suman un importe de 3.315.000 euros.
Ya con apoyos suficientes para salir adelante y a la espera de la aceptación de propuestas que presenten los demás grupos de la oposición, el presupuesto de este año se reduce un 2,8% en comparación con el de 2015, que se quedó a 145.916.895 euros.
Esto se traduce por tanto en un presupuesto de 1.099,5 euros por cada habitante, ya que el número de empadronados en la capital se situaba este viernes mismo en un total de 128.992.
Silván destacó las políticas para la creación de empleo y la atención a las personas como las dos grandes prioridades de unas cuentas en las que el capítulo de personal sigue siendo el más abultado, aunque se reduce ligeramente en relación a 2015 (la cuantía de las nóminas será de 70,1 millones frente a los 71,4 del pasado ejercicio, lo que deja un descenso del 1,76%).
Mientras, las partidas financieras se sitúan en 18,4 millones de euros. A este respecto, se han consignado casi 15,8 millones para la amortización de parte de los 236 millones de deuda histórica que aún acumula en Consistorio. A ello hay que sumar los 2,6 millones reservados para el pago de intereses de los diferentes créditos suscritos.
"Abiertos a otros grupos"
Respecto al hecho de que sólo se haya contado con Ciudadanos a la hora de elaborar el anteproyecto del presupuesto, Silván explicó que se ha contado con el grupo más predispuesto a la hora de trabajar para apoyarlo, aunque recordó que las demás formaciones tendrán aún dos semanas para presentar sus enmiendas, que serán tenidas en cuenta «siempre que sean «realistas y sensatas».Mientras, Villarroel destacó finalmente tras la rúbrica del acuerdo que «otra forma de hacer política es posible» y que gobernar ya no es «aplicar el rodillo» ni hacer oposición es «decir sistemáticamente que no a todo».