Un 'pelín' de solidaridad

Alrededor de 130 escolares, profesores y padres del Colegio San Agustín de Valladolid se “cortan la coleta” para donarla a pacientes que se encuentran en tratamiento contra el cáncer

Ical
07/03/2017
 Actualizado a 12/09/2019
Alumnos y padres del Colegio San Agustín de Valladolid participan en la iniciativa 'Mechones Solidarios', por el que se cortan el pelo y lo donan para hacer pelucas para personas con cáncer. | ICAL
Alumnos y padres del Colegio San Agustín de Valladolid participan en la iniciativa 'Mechones Solidarios', por el que se cortan el pelo y lo donan para hacer pelucas para personas con cáncer. | ICAL
Marina, María o Paula no tienen más de ocho años. Esperan su turno, nerviosas. Saben que no es un juego, que van a contribuir a algo bueno; pero para ellas hoy es un día de fiesta en su centro educativo, el colegio San Agustín de Valladolid, que ha celebrado una jornada para “cortarse la coleta” con un fin solidario. Las niñas están sensibilizadas desde bien pequeñas de que una portación suya puede alegrar la vida a otras personas. Ese es el objetivo. Con un ‘pelín’ de solidaridad se puede hacer feliz a mucha gente. Y lo sabe bien la profesora Ana Marcos, quien revolucionó el centro con esta idea después de decidir que su larga cabellera rubia podría ayudar a la estética de pacientes que se encuentran en tratamiento contra el cáncer, un acto de donación que está más extendido entre la población del sur y el Levante español, pero del que aquí falta mucho camino.

“Queremos concienciar a los más pequeños, y lo estamos consiguiendo. Y si con eso proporcionamos pelucas de máxima calidad, hechas a medida, como son las de pelo natural, y además de niños, pues mejor, porque además ayudamos a mejorar el autoestima de los pacientes, que les favorecerá para a superar la enfermedad”, desliza Marcos.

Para ello, y con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, que se celebró el 15 de febrero, decidió organizar esta iniciativa con el visto bueno del centro. Se rodeó de los mejores, tanto padres como peluqueros, con la colaboración voluntaria de Galindo Peluqueros, Dúo Imagen y Salud, Peluquería y Estética Laura, Ego, Chick Estilistas y Peluquería Alicia. Y se abrió un plazo de inscripción. Se apuntaron 130 personas, principalmente niños, desde los 3 a los 18 años, pero también antiguos alumnos, padres y los propios profesores.

El resultado es una larga fila de melenas rubias, morenas y de color castaño, todas sujetas con gomas de múltiples colores que llegarán a su destinatario a través de www.mechonessolidarios.com, una entidad que se radica en Málaga y que cuentan con una amplia experiencia al respecto. Cualquiera puede enviar su pelo ya cortado a su dirección de correo postal.

Toda la comunidad educativa del centro se ha unido en un gran acto solidario. Por un precio simbólico de cinco euros los participantes eligieron entre donar parte de su melena, cortarse las puntas o simplemente hacer una donación voluntaria. “Tanto el cabello como los beneficios económicos se destinan a la Asociación Mechones Solidarios, que se encarga de facilitar pelucas a aquellos niños que sufren las consecuencias del tratamiento contra el cáncer”, remarca Ana Marcos, quien destaca que se centran principalmente en ayudar a afrontar las consecuencias estéticas del tratamiento de quimioterapia y establecer relaciones de apoyo y ayuda a los afectados.

Una propuesta desde lo más personal

La docente, que este martes realizó “kilómetros” por el interior de la iglesia del centro para que todo “saliera bien”, calificó la iniciativa de éxito. Pero recuerda que para el buen funcionamiento de esta jornada, su equipo ha trabajado desde septiembre. “Llevo muchos meses sin cortarme el pelo para colaborar con esta causa. Como estaba tan ilusionada se me ocurrió hacer una propuesta para que la ayuda fuera mayor, pues en otros lugares de España ya se hacen estas iniciativas, pero en Valladolid era la primera vez”, narra.

Así, un colegio que cuenta con más de 1.700 alumnos se ha unido para desarrollar esta bonita acción que “va mucho más allá de un día de solidaridad”. En colaboración con el Departamento de Pastoral del colegio, el grupo de profesores encargado ha creado actividades adaptadas a las distintas etapas educativas para concienciar, “ya no solo de esta enfermedad, sino de cuidarse más y ser solidarios con la gente de alrededor”. En este sentido, se han desarrollado distintas acciones y charlas a lo largo de toda la semana.

Todos los alumnos comenzaron la mañana con un vídeo creado por algunos estudiantes del colegio con la canción ‘Gracias a ti’, con el que se pretende realizar una importante concienciación sobre la importancia de ser “solidario y agradecido con el que lo necesita”. Un tema que, durante la jornada, se entremezcló con el canto de 600 de los niños, que habían ensayado para despedir la jornada, en la que “todos son parte importante”, despide Ana Marcos.

Concienciar desde la base

Entre todos, Víctor Galindo, de Galindo Peluqueros, que se vinculó a la iniciativa en cuanto le contactaron y hoy trasladó al colegio a siete de sus empleados para colaborar. “Tengo aquí a mis hijos y no encontré mejor forma de ayudar”, señala mientras no suelta el peine y la tijera. Delante del espejo se aventura a instar a que este tipo de iniciativas no se frenen aquí, entre las paredes del San Agustín, sino que salgan al exterior. “Muchos clientes ya nos preguntan cómo donar. Lo mejor es contactar con la Asociación Mechones Solidarios para enviar allí su cabello”, sostiene.

Daniel Ramos, médico de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Río Hortega, no se ha querido perder la cita en el centro escolar. “Nos ha parecido genial, más cuando está protagonizado por niños, porque es importante concienciar y educar desde la base”, expresa. Señala que el uso de pelucas está más extendido entre adultos en tratamiento, “para el que son más importantes en la estética llegados a un edad”. No tanto en los niños, en los que cree que “está más normalizado” que no la lleven. “Es más interesante cambiar la mentalidad entre los niños; se pueden sentir diferentes por tener que llevar una peluca. Hay que integrarlos de forma natural”, concluye.
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