Un juvenil del Bembibre es agredido por jugadores rivales

"Nunca habíamos visto nada igual, parecía que estaban en un ring" señalan desde el club / La víctima sufrió el desplazamiento de varias vértebras

Alejandro Cardenal
01/02/2017
 Actualizado a 16/09/2019
El portero suplente del juvenil del Atlético Bembibre, Alejandro Redondo, agredido el pasado fin de semana.
El portero suplente del juvenil del Atlético Bembibre, Alejandro Redondo, agredido el pasado fin de semana.
Un juvenil del Atlético Bembibre fue víctima de una agresión por parte de varios jugadores del equipo rival al final del encuentro que enfrentó al conjunto berciano con el Rondilla (Valladolid) el pasado fin de semana.

El suceso tuvo lugar cuando tras la victoria del equipo visitante, uno de sus futbolistas se dirigió de malas maneras, con actitud desafiante, profiriendo insultos y dedicando peinetas al padre de uno de los jugadores, una actitud que no gustó a los locales. Así, el portero suplente Alejandro Redondo -conocido como ‘Duugan’- se dirigió a él y le propinó un empujón que dio comienzo a la agresión.

Un grupo de jugadores del Rondilla fue a por el futbolista berciano respondiendo a su empujón con puñetazos, codazos y patadas, comenzando una trifulca en el que el peor parado fue el propio juvenil bembibrense, pero en el que también se vieron involucrados compañeros, miembros del cuerpo técnico e incluso algunos espectadores, que en su intento de detener la agresión, también salieron magullados.

A pesar del rápido auxilio de los presentes, ‘Duugan’ salió del campo con una brecha y un ojo morado a causa de los golpes. Pasados unos minutos, el joven jugador bembibrense empezó a sufrir mareos, por lo que acudió a Urgencias, donde se le diagnosticó el desplazamiento de varias vértebras, lo que le obligará a llevar collarín durante dos semanas.
La gravedad de lo sucedido empujó al afectado a presentar una denuncia ante la Guardia Civil, que tomó declaración al propio Alejandro, además de a los espectadores que fueron testigos de la agresión y al árbitro.

Desde el club aseguran que el jugador se siente «arrepentido y culpable» porque cree que su empujón fue el germen de todo lo que sucedió después, pero recuerdan que la respuesta de los jugadores vallisoletanos fue «totalmente desproporcionada». «Nunca habíamos visto nada igual, parecía que estaban en un ring», señalan.

También lamentan que según refleja el acta, solo un jugador propinó patadas, por lo que dos de los tres expulsados por el colegiado tras la trifulca tendrán el mismo castigo que Alejandro, que también vio la roja por el empujón previo a la trifulca.
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