28/01/2015
 Actualizado a 18/09/2019
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Solía avanzar hacia adelante con valentía y sin miramientos. Su exquisita zurda cambió a su selección y a su país, acostumbrados no solo a las derrotas, sino a las humillaciones continuas. Vassilis pasó por España y dejó huella en aquel convulso Sevilla de finales de los 90, cuando los despachos le obligaron a descender pero al final fue el sentido común (el fútbol) el que lo provocó. Aún así, Tsartas logró ser siempre el estilete de lo que ahora su país intenta recuperar:el optimismo. Porque cuando encaraba a portería al borde del área, ya fuera en jugada o de falta, el portero temía. Ymucho. Tras abandonar España por culpa de las malas condiciones económicas de su equipo (quién lo diría), volvió al AEKAtenas (ahora renacido en categorías amateurs), donde en 2004 llegó su año de gloria y el de su país. La Eurocopa ganada ante Portugal y la celebración de los Juegos Olímpicos fue el culmen del país, ahora ahogado por las deudas y la mala gestión. En esa selección que estaba siempre a la defensiva, Tsartas era el verso libre, el que más calidad mostraba pese a que ya estaba en sus últimos años de juego. Su trabajo, y la espera, bien le valieron un triunfo histórico del que apenas ya nadie se acuerda y en el que jamás se confió. Si Tsartas esperó, si incluso Penélope se pasó 20 años tejiendo y destejiendo y acertó con su espera, no sé qué tiene que pasar para que se confíe en la esperanza. Ysi el ejemplo de Grecia sirve para reflexionar, ¿vamos a ser en España como Tsartas, comoPenélope, o tendremos como imagen a seguir a Arbeloa o a la Inquisición?
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