Triana, emocionada pero segura

La hija de la asesina confesa de Isabel Carrasco, Montserrat González, ha sido la encargada de abrir la segunda jornada de la vista oral del juicio por el crimen. Triana Martínez ha vuelto a entrar junto a su madre en furgón policial y en esta ocasión ha sido ella la que se ha tenido que sentar en el banquillo para responder a las preguntas tanto del fiscal como de su defensa, ya que ha declinado responder a las acusaciones particulares.

Vestida de oscuro, como ya lo hiciera en la primera sesión del juicio, Triana se ha mostrado emocionada pero a la vez segura en su declaración, sobre todo cuando la ha tocado exculpar a Raquel Gago y asegurando que había dicho a su madre que "no podía hacer eso, aunque sabía que lo hacía por mi". No ha dudado en corregir al fiscal durante sus preguntas cuando la acusada consideraba que éste no estaba en lo correcto.

La primera hora de preguntas se ha centrado en si Triana sabía las intenciones de su madre, la existencia del móvil prepago y la implicación de Raquel Gago en el crimen, además de su estancia en comisaría donde recrimina a los policías de Burgos.

Pese a las continuas referencias a su madre, a su padre (dice que cogió la pistola porque pensó que era la reglamentaria y no quería meterle) y a Raquel Gago (a la que no ha dejado de exculpar) y los nervios visibles, Triana ha mantenido la entereza y ha logrado no derrumbarse.

Cuando comenzó su abogado a interrogarla, Triana comenzó a mostrarse más segura, respondiendo con más naturalidad y gesticulando de manera constante. Su madre la observa, tranquila, con la botella de agua en las manos. Otro de los puntos que más ha llamado la atención es su continua referencia a "mamá" para explicar lo sucedido.