¿Todo privilegio es indigno?

06/10/2016
 Actualizado a 03/09/2017
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Un día le dio al poeta de la resistencia por escribir «todo privilegio es indigno». Y, como les ocurre siempre, le miraron al biés.

Cosas de poetas.

Y las ciudades están llenas de letreros de reservado para... alcaldes, concejales, jueces y autoridades de todo tipo. Y en los teatros siempre hay unas sillas con el letrero de «reservado», en las que tantas veces no se sienta nadie para desesperación de quienes habían querido acudir a la función y se quedaron en la puerta. O aquellos a los que les gustaría sentarse en las sillas vacías y reservadas.

Y en los pinchos que siguen a cualquier acto siempre hay camareros avisados de que no le falta nada en la zona donde los importantes hablan como si el futuro de la humanidad dependiera de una palabra suya.

Y bien parece que queremos que sea así pues en cualquier celebración, en el último de nuestros pueblos, en el más alejado, lo primero que les pedimos es que vayan, cuántos más mejor, para guardarles sus espacios, sus sillas, sus privilegios, sus lugares preferentes, los pinchos mejor hechos, las regalos más trabajados... Ycuando se van preguntan dónde les toca la misma película al día siguiente, dónde les han guardado las sillas. Y no parece que les haga ninguna ilusión.

Y, después de haberles reservado el mejor de los reservados, nos extraña de que no sepan lo que pasa a pie de calle. Si no se la dejamos pisar.
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