Tiempo de paradojas

02/06/2017
 Actualizado a 12/09/2019
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Ya se acerca la feria de San Juan, hoy se presentan los carteles y actividades, y con ella se cuelan por las rendijas todas las paradojas que cada año se repiten en esta casa y en este rincón de salida.

Cada vez que se anuncian los toros empieza el bueno de Mauri a echar pestes. No le seduce el espectáculo, no le entusiasma el ambiente, pero cuando se pone el ojo de trabajo y se coloca detrás de la cámara no cesa de disparar, no parade enfocar aquí y allá, y cuando de noche se sienta en el ordenador a repasar y seleccionar imágenes celebra la cantidad de detalles (ahí tienes uno) que le sirven para llevarlos a este rincón de salida de las cosas del día. «Tengo cinco últimas», celebra, a la vez que le compensa de la sangre y la calorina vividos y sufridos.

Más de lo mismo me ocurre. Cojo la libreta orgulloso de cumplir con el último mandato del maestro Perelétegui, un tipo tan entrañable y parco en palabras que era capaz de recordar cada una de ellas y celebrarlas como la lección de vida que cada una son.

Vas con la misma desgana, temes igual que tantos aquella sangre, pero eres incapaz de no ver a un hombre hablando con unos caballos que no sabes si son verdad o cromos, te llaman la atención los ritos, las leyendas, los gestos... tanto como para no ver a los que por allí pululan y se quedan mirando para las piernas de la foto ya salga un miura o una burra.
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