"Soy pastor desde los 11 años"

A los once años murió mi padre y ya me puse a cuidar el rebaño de la familia, ¡qué remedio! éramos cinco hermanos y yo era el mayor».La frase de Arcadio Rodríguez Álvarez ya es suficiente resumen de su vida. Pastor desde los 11 años y lo sigue siendo todavía hoy, con 82, pues lo lleva en el alma. «Unas pocas ovejas las tuve hasta hace dos años, para entretenerme, pero hace dos años cogió un rebaño un nieto y cuando estoy de humor le ayudo, pero ya voy teniendo años».

A los 11 años murió mi padre y ya me quedé conel rebaño, éramos cinco hermanos y yo era el mayor, así que... Arcadio, ‘El pastor de Villamayor del Condado’, es el homenajeado de este año en Carea 17, que desde el año pasado organiza la Fundación Cerezales. Será el próximo domingo,  21 de mayo, a las 14 horas, en una jornada cargada de actividades relacionadas con el pastoreo y los perros: concurso, degustación de migas de pastor, exhibiciones diversas entre ellas de lucha leonesa, caldereta popular y concierto de música conel grupo Tarna.

Pilló por sorpresa el reconocimiento a Arcadio Rodríguez aunque no tanto pues el año pasado se homenajeó a un compañero de la comarca y «si se trata de pastores...»la suya es una vida dedicada al oficio.

- ¿Y de careas también sabe algo?
- Hay que saber. Las tierras de pasto antes eran muy pequeñas y los perros se pasaban el día trabajando.
- ¿Lobos no habría tan abajo?
- Algo sí hubo.

Buena gente y cercano, pero no de muchas palabras. Son muchos años hablando con «el transistor», escuchando los deportes, el parte y, ¡cómo no siendo pastor!, el tiempo.

Siempre he sido pastor de rebaños concejiles por estos pueblos, no he tenido ningún otro oficioDespués de trabajar con las ovejas de la familia en Villarratel a los quince años ya se fue a Villamayor, donde se afincó, se casó con Carmen y siempre fue pastor de rebaños concejiles. «No es porque sea mi padre, pero la gente conoce su historia de hombre serio y trabajador y es muy apreciado en la comarca», explica su hijo Arcadio, que también sigue la tradición familiar y tiene ovejas en San Cipriano. «Él tenía unas pocas ovejas en el rebaño comunal y al jubilarse, con 63 años pues todo el mundo quitaba las ovejas, se quedó con ellas y su entretenimiento era acabar de comer y salir a dar un paseo con ellas. Es pastor de verdad».

Y buena gente de verdad.