Son los mismos personajes con distintos ropajes, porque la mayoría de ellos proceden de la mitología celta o griega La escritora vallisoletana comenta que este libro es un encargo del editor leonés con la intención de traer al presente a una serie de personajes enraizados con las tradiciones castellanas, seres mitológicos que forman parte de la tradición oral, que pasaban de una generación a otra y que hoy corren el riesgo de perderse. "Niños, jóvenes e incluso adultos desconocen la existencia de estos personajes que recojo en el libro", reconoce Rebaque, para quien la intención del libro es que "los seres fantásticos de nuestras raíces, de nuestra cultura castellana, no caigan en el olvido".
Para Felicitas Rebaque los protagonistas de ‘Nuevos cuentos castellanos viejos’ no difieren en exceso de otros que pueblan la tradición oral de otras regiones españolas, pues en realidad se trata de los mismos personajes pero con otros nombres. "Son los mismos personajes con diferentes ropajes, por así decirlo, porque la mayoría de ellos proceden de la mitología celta e incluso de la antigua Grecia. Por ejemplo la Paparrasolla castellana es descendiente de las harpías. Con esto quiero decir que son seres fantásticos que han estado en la esencia de muchos pueblos y los volvemos a encontrar en otras regiones españolas pero con diferentes nombres", señala la autora, para quien tal vez la figura del duende, protagonista del cuento ‘El duende Martinico’, es la que se encuentra más enraizada con esta tierra.
Son seres elementales que están estrechamente relacionados con los cuatro elementos de la naturaleza La escritora comenta que su intención con esta publicación no era hacer el típico cuento o la recogida de una leyenda. "Estos cuentos tienen la particularidad de que la acción sucede en el momento presente", señala Rebaque, sin que ello implique que los personajes en cuestión varíen sus conductas respecto al pasado. "Muchos de ellos son los clásicos ‘asustaniños’ y no cesan en su empeño. En el caso de los duendes son traviesos y esta conducta la trasladan a los hogares actuales. La novedad es que las personas que los ven, los personajes humanos por así decirlo, son proclives a creer en estos seres fantásticos y mitológicos. Y creo que ahí reside la magia de estos cuentos", señala.
Los cuatro cuentos que conforman este primer volumen se desarrollan en un ambiente rural, pero no va a ser esta la tónica general de la colección, pues habrá otros en las dos próximas entregas que transcurran en la ciudad. "No hay que olvidar que estos personajes son seres elementales que están estrechamente relacionados con los cuatro elementos de la naturaleza, que es donde ellos viven y donde se manifiestan", comenta Felicitas, que ha encontrado en todas las provincias que conforman la comunidad referencias a estos personajes. "En alguna localidad burgalesa todavía existe la creencia de que la Paparrasolla todavía anda sobrevolando los tejados y se sigue utilizando como ‘asustaniños’ para conseguir que el pequeño se acueste pronto. O el famoso duende apedreador de Salamanca. En Castilla están muy bien reflejados y documentados desde muchos siglos atrás".Felicitas Rebaque solo tiene elogios para el trabajo desarrollado por la ilustradora Graciela García Robles. "El trabajo que ha realizado Graciela para este libro es maravilloso y sus ilustraciones extraordinarias. Se trata de un trabajo arduo y muy detallista, realizado de manera artesanal y con mucha ilusión", destaca la autora, que reconoce que las ilustraciones de Graciela "adornan y engalanan los relatos", con la particularidad de que en ninguno de los cuentos ha querido dibujar a los personajes fantásticos para dejar todavía mayor libertad a la imaginación del lector.
De lo que se muestra encantada Felicitas Rebaque es de que esta tarde la acompañe Úrsula Rodríguez, viuda de Antonio Pereira, "uno de mis escritores de cabecera", concluye la escritora.