Siempre se olvida uno

22/12/2016
 Actualizado a 01/09/2019
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En unos percheros para niños nunca habrá un orden absoluto, porque ellos no lo tienen, porque ellos no lo quieren, no lo necesitan, no serían ellos.

Uno marcha corriendo y lo deja ahí por más que les insistan en que «no se os olvide nada». Uno no ha venido porque tenía algo de fiebre por la mañana aunque a las dos horas había pasado de estar mustio a ser incapaz de estar quieto un minuto. Es lo que se llama la fiebre de la hora del autobús.

Son así.

Si no lo fueran ¿cómo podrían repetir las madres esas frases que han hecho historia y que son fruto de la repetición de estos comportamientos?

- ¿Otra vez se te ha olvidado la cazadora?, yo te mato.

- Claro que tienes fiebre, eso es que te estás curando.

- Si estabas malo para ir al colegio por la mañana lo estás ahora para ir a la calle.

- Abrígate, que se está poniendo muy frío.

- Come las lentejas, ¿tú sabes cuántos niños se mueren en África de hambre cada día?

- Bebe el zumo que se le van a marchar las vitaminas.

- Como tragues el chicle se te pega el estómago.

Y una larga lista de frases hijas de la convivencia con esos locos bajitos que se cierran con el manido «esto ya pasa de castaño oscuro».
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