Siempre les espera la gloria

13/12/2016
 Actualizado a 01/09/2019
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Al final de los sueños de los padres casi siempre hay una pancarta que en vez de «meta» pone «decepción».

Al final de los sueños de los niños siempre está la gloria.

El padre, la madre, en demasiadas ocasiones, nada más que ve al chaval meter un gol en un equipo hecho solo para divertirse, cuando ve al chaval tirar a un rival luchando en las escuelas, encestar un triple en el equipo del colegio... lanza los sueños al viento como si fueran ellos los niños, ven al chaval recogiendo el balón de oro, el trofeo del concurso de triples o el cinto de campeón provincialde manos del presidente de la Diputación.

Y se disparan los sueños de tal manera que cualquier contratiempo es recibido con evidente descontento y protestas contra quien tuerce el destino de la figura.

Sin embargo el chaval, mientras nadie le ponga contrato a los sueños, siempre llega a la meta, siempre se cumplen sus esperanzas pues es él quien lo decide. Porque es él quien te cuenta que aunque no fue gol llevaba la dirección correcta, pasó cerca de la escuadra y él le dio con gran técnica;porque es él quien te cuenta que algo torció su balón que iba directo al triple;porque es él quien tiene muy claro que trabó la maña perfecta pero cuando iba a sacar a su rival volando resbaló, en el peor momento.

No me extraña la respuesta de un entrenador de niños a la pregunta de a qué aspiras en el deporte:«A entrenar a un equipo de huérfanos».
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