23/06/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Los periodistas tenemos la obligación de resistir», ha proclamado una de las voces más respetadas de la profesión en una entrega de premios. La veterana colega Victoria Prego anima a resistir ante presiones y amenazas de quienes nos quieren comprar, seducir o callar. «Probablemente los derrotemos a base de resistir», asegura. Si es que antes no nos tumban, añado yo.

Sobre la agonía de un sector machacado por todos los frentes poco se puede añadir, que no se trata de aburrir a los lectores con nuestras penurias. Y es verdad que en este país el trajín de la prensa no tiene nada que ver con otros en que ejercer el periodismo es dejarse la piel –literalmente– cada día. Miremos hacia México: informadores desaparecidos, asesinados.

No es nuevo que haya quienes intenten aplastar a quienes no cuentan lo que les interesa, a los que sacan a la luz sus desvergüenzas. Tampoco es nuevo que se vete a los que no forman parte de su ‘espacio de confianza’, como ha hecho Pablo Iglesias, que últimamente no deja de lucirse.

Lo de elegir qué medios sí y cuáles no viene de lejos. En León, aunque no se cuente, también hay quien convierte en personal un tema profesional y se enfrenta en una rueda de prensa a un periodista, intentando humillarle. También hubo quienes decidían quién entraba a ‘su’ Palacio y quién no. Quienes con una llamada dejaron sin trabajo a los poco mansos...

Y es que si la publicidad institucional es la que permite la supervivencia de los medios, también es la que los capa. Y así... no hay quien resista.
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