Rejas y candados

03/03/2017
 Actualizado a 15/09/2019
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Es la aspiración del populacho, rejas altas, candados fuertes y chorizos dentro... Pero la realidad actual es la literatura, y los sueños, sueños son.

Que nunca le van a dar la razón al populacho, ni por el palo del gusto. Que les sobran razones para no darle gusto a sus pasiones. Que no sabe. Que no entiende. Que le puede la ira. Que le pierde la pasión.

A esas razones le llaman pomposamente argumentario; y qué buen sueldo tiene quien no tiene otra misión que inventar palabras que no encierran nada y lo justifican todo.

El argumentario arranca cada mañana del ordenador central. Lo leen los loritosen sus jaulas y lo escuchas tú en la emisora más pequeña, lo lees de su boca en todos los periódicos y hasta revistas de la parroquia. Que te da coraje escuchar al último concejal del último pueblo repetir la lección aprendida e impuesta. Puede llegar el presidente de Rodrigatos de la Obispalía o Rodillazo a pedir la dimisión de Trump si forma parte de la orden del día para la tropa, que aún quedan demasiados soldados a los que la música militar sí les sabe levantar.

Y el populacho soñando con que algún día habrá rejas y candados para otros. Y, lo que es más quimera, hasta sueña con que se devuelva lo robado.

Ya es lo que nos faltaba. Que el argumentario les ponga freno.
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