Regadío de gravedad

La irrigación de más del 25% de la superficie de cultivo de la comunidad todavía se realiza por inundación, una práctica que se debe erradicar completamente porque supone un ingente desperdicio de un recurso fundamental cada vez más escaso

La constatación del atraso en la explotación de un recurso escaso es un hecho flagrante que debería servir de acicate a la Adminitración
02/07/2017
 Actualizado a 06/09/2019
El ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) tiene sobre la mesa un informe que desvela que en más de la cuarta parte de la superficie cultivable de la comunidadse riega por inundación. La constatación de este atraso en la gestión de los recursos hídricos supone un hecho flagrante y debería servir de acicate para las distintas Administraciones para impulsar la modernización de los regadíos y de las explotaciones agrarias. La sequía del presente año supone un reto para todos los agentes implicados en el sector, que tienen que gestionar escasísimas reservas con las que sacar adelante la producción, sin dejar de velar por la conservación del Medio Ambiente. En este contexto, los agricultores están llamados a realizar importantes esfuerzos, tanto laborales como económicos, para salvar la situación. Esos esfuerzos no pueden verse perjudicados por el derroche de agua de los sistemas menos eficientes. Para evitar esta situación, la Administración debe liderar la modernización del regadío, mientras que los regantes también deberán afrontar los procesos de mejora de sus sistemas, lo que redunda en beneficio de toda la sociedad. Planes eficientes, ayudas y diligencia a la hora de acometer los proyectos son las exigencias que el sector plantea a todos los gestores públicos. En este año, basta mirar a los campos de cereales y a los embalses para darse cuenta de la gravedad del problema.
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