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¿Recebo o bellota?

23/06/2017
 Actualizado a 14/09/2019
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Dice un amigo que el ser humano es histérico por naturaleza y que siempre está necesitado de problemas por los que angustiarse. Quizá por estar rodeados de problemas y preocupaciones reales en buena parte de su vida, cuando no las tiene, se las busca. Dice que este síndrome se acentúasi eres un ser humano español y más aún si eres un ser humano de esta provincia. También le encanta al ser humano convertir estos problemas en debates de gran calado, bien sea en las redes sociales, donde todo tiene cabida, bien en las terrazas de los bares, más tradicional, pero donde también todo tiene cabida, sólo faltaba.

Yo empiezo el verano analizando dos debatescon los que me he topado en los pasados días y que forman parte de ese conjunto de problemas y preocupaciones que nos buscamos cuando quizá no tenemos otros.

En internet veo una airada gresca entre los que están a favor y los que están en contra del millonario donativo de Amancio Ortega a la sanidad pública. Incluso se crean campañas de firmas para aceptar y rechazar la donación.Están desde los que le llaman Don Amancio hasta quien le lanza todo tipo de calificativos no bonitos al dueño del emporio Inditex. Desde los que le aconsejan pagar salarios justos y tributar como se debe en vez de tanta caridad, hasta los que opinan que da igual de donde salga el dinero, incluido si fuere de la explotación laboral.En Ponferrada hay opiniones para todos los gustos también sobre el magnate del textil. Para algunos es muy bueno siempre y cuando tenga tiendas en el centro urbano, pero es malo malísimo si decide llevarlas al centro comercial. Y otros viceversa. No sé si es que paga sueldos menos indecentes cuando la tienda está en un sitio o en otro, pero el caso es que todo el mundo tiene algo que decir de Amancio Ortega.Yo si tengo algo que decir de él es que a casi todas sus camisetas se les tuercen las costuras al primer lavado. Otras ya las traen torcidas de fábrica, pero no por defecto, si no porque son así esas ropas bizarras que yo no me compro porque no sé ni como enfundarme. El otro debate sobre el que reflexiono es el de las parafernalias de junio en los colegios. Cómo un día pille al que en su día se le ocurrió cambiar el teatrillode fin de curso por la ‘simbólicas’ ceremonias de graduación de Infantil y Primaria, me va a oír.Tenemos graduaciones con toga, birrete, fotógrafos contratados y catering incluidos para celebrar el gran logro académicode tener seis años. Mezclamos esto con la conversación de unas madres sobre precios del jamón ibérico de detalle para el profe: si es recebo, tocaban a 12 euros por barba. Si es de bellota, 20 euritos.Lo que sale de la mezcla es que creo que soy yo la que está causando estas olas de calor que hay.
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