'Razón o corazón'

Hay dos formas de ver el derbi. El análisis más frío, ese que deja aparte todo lo que nos hace imperfectamente humanos, dice que la Deportiva va camino de un ‘matadero’. La Cultural solo ha cedido un empate en casa, aún sigue explotando anímicamente la conquista del Toralín en la segunda jornada y empieza el choque como líder con un colchón de trece puntos respecto a los bercianos.

Sí, si el partido lo simulara una maquina, las probabilidades de escarnio se saldrían de todas las escalas. Pero no lo es. La Ponferradina tiene que explotar todo lo que no es puramente futbolístico para sacar tajada del Reino. Porque el derbi nodependerá –o no únicamente al menos– de si Pedro Munitis sale a jugar con defensa de cuatro o una línea de cinco, de si la medular deja de ser un ancla y empieza a dar dinamismo al juego o de si Figueroa debe ejercer de ‘9’ o buscarse él mismo los espacios por los costados. Esa batalla, al menos por el momento, está perdida, porque enfrente estará un equipo que juega a ser tal cosa, mientras que la Deportiva todavía anda buscando su propio patrón.

En un derbi, sea cuál sea, juegan un papel clave las emociones, y aunque lo mejor es aparcarlas durante los noventa minutos en los que el balón anda por el verde, no harían mal en usar los bercianos todo lo que han vivido en estos últimos meses para salir al Reino de León a matar o morir.

De este equipo –también este que escribe– se ha dicho de todo y poco o nada bueno. Esta es la oportunidad de darle la vuelta a la tortilla y reconquistar el corazón de una ciudad que ha demostrado y ha dejado bien claro que tiene suficiente con sentirse orgullosa de su equipo, sea en Segunda o en Segunda B, en ‘playoff’ o fuera de él.

El fútbol siempre da una segunda oportunidad, aprovecharla o no está en sus manos.