Quijote a dos manos

Las compañías Diadres y Arbolé estrechan la colaboración en ‘Mi primer Quijote’, que este fin de semana llega al Teatro San Francisco

Emilio L. Castellanos
18/03/2017
 Actualizado a 02/09/2019
‘Mi primer Quijote’ aúna marionetas y música en directo.
‘Mi primer Quijote’ aúna marionetas y música en directo.
Son numerosos los lazos afectivos que unen a Teatro Diadres y Teatro Arbolé, dos veteranas compañías teatrales que llevan años entregadas con pasión y espíritu aventurero al oficio teatral. Era cuestión de tiempo que acabaran emprendiendo algún empeño común con el que dar satisfacción a su vocación y a través del cual estrechar sus vínculos. Arbolé es referente imprescindible del teatro aragonés y su nombre resulta especialmente relevante en el terreno de las marionetas y los títeres. Entre otras iniciativas, es propietaria de un teatro en Zaragoza y precisamente por ello se sirvió de su experiencia para asesorar a la compañía leonesa Diadres en la apertura de su propia sala, el Teatro San Francisco de León, en cuyo escenario ha representado algunos de sus espectáculos. Ambas han sumado esfuerzos y talentos para hacer frente a un proyecto realmente ambicioso, ‘Mi primer Quijote’, una traducción de algunos de los pasajes más conocidos de la magna obra de Cervantes al universo titiritero que conoció una primera representación en noviembre pasado en Astorga, vivió su estreno oficial el pasado mes de enero en la capital maña y que hoy (18:00 horas) y mañana (12:00 horas), con entradas a cinco euros, recuperará su latir escénico en el Teatro San Francisco. "Queremos que Don Quijote y Sancho entren a formar parte del universo mágico de nuestros pequeños, que los reconozcan y los recuerden tan cercanos como a Caperucita, Pinocho o Peter Pan". Ese es el espíritu que preside todo el montaje, tal y como recuerdan sus dos principales artífices, Iñaki Juárez Montolío y Eva García Rodríguez. Ellos son quienes, cara al público y sin esconderse bajo ningún embozo "el público acaba olvidándose de que estás ahí", portan el peso de la puesta en escena (ideada por Iñaki, al igual que la adaptación), asumiendo una labor actoral que incluye el ejercicio de la manipulación de los distintos títeres de mesa participantes en una función que se beneficia también del uso de música en directo, la que proporciona la viola de gamba del músico leonés Luis Miguel Sanz. "Hemos elegido un universo sonoro propio del barroco. La música acompaña toda la obra con notas, armonías y melodías similares a las de la época, jugando en la escena con los mismos personajes e interactuando con ellos".

‘Mi primer Quijote’ inició sus ensayos en verano pasado. Fue una labor ardua, rigurosa y exhaustiva que obligó a sus promotores a someterse a un enorme nivel de exigencia. Ellos pretendían una propuesta que se acercara a la realidad del chaval, principal destinatario del espectáculo, sin renunciar a la esencia de la obra cervantina. "En nuestra versión hacemos mucho más hincapié en los personajes que en las situaciones, pero mantenemos la estructura de la obra, entresacando las partes o aventuras más señeras y conocidas como el enfrentamiento con los molinos y con los rebaños, el yelmo de Mambrino y su encuentro con el Titiritero Maese Pedro y, por fin, su triste derrota por el Caballero de la Blanca Luna". Un prólogo creado para la ocasión, donde Don Quijote es armado caballero por los propios titiriteros en un ambiente esencialmente mágico gracias al uso de la iluminación y la música (recurso fundamentales en el desarrollo de toda la representación), sirve como arranque a un montaje que pretende, ante todo, "que Don Quijote empiece a ser conocido y manoseado por los más pequeños" y aproximar el hecho teatral a los espectadores primerizos.

El diseño de la escenografía de este singular Quijote (dirigido preferentemente a niños de entre 2 y 5 años, aunque apto también para un público familiar) se basa en los tradicionales juegos de construcción y elementos comunes de formas rectangulares, semicirculares y triangulares y colores básicos se ensamblan para servir de escenario a las peripecias de los personajes. También el lenguaje ha sido una faceta en la que se han esmerado Diadres y Arbolé en la concepción del espectáculo. Reconociendo su carácter peliguado, han decidido “hacer una traducción al español del siglo XXI, parafraseando a Andrés Trapiello”. Aun así, los titiriteros han decidido mantener "abundantes frases literales, con cierto vocabulario en desuso y algunas construcciones gramaticales que no son demasiado frecuentes, todo ello comprensible por contexto y, cuando no, excusa para una conversación con nuestros hijos o nuestros alumnos".
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