¿Quién escala montañas?

02/12/2016
 Actualizado a 15/09/2019
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Te digo una cosa, no esperes más, ponle color a la vida, lo agradecerás. Tira la tele por la ventana cuando empiece el parte, apaga la tertulia cuando veas el flequillo de Marhuenda, desconecta nada más que veas que se acerca por el pasillo Montoro, no cojas las cartas del banco, fracciona el IBI hasta el año 2643, pierde el tren de regreso a la tristeza diaria, no saludes a los hombres de traje negro que con suficiencia hablan por el móvil del índice Nikei, vete al baño en el bar Memphis 2 del barrio de San Mamés y leerás la única pintada que debería estar permitido escribir en cualquier pared:«Aún sigo creyendo en los finales felices», reza allí, justo enfrente de tus ojos.

También me gustaba aquella otra que anunciaba «Prohibido fijar cuarteles», pero se ha muerto de pena, ya no hacen fijos ni a los cuarteles.

Ponle color a la vida, lo agradecerás.

Mira la foto. El color es la propia vida. De esos cuatro pies dos escalan montañas, una y cien veces, no es una forma de hablar, se han posado 86 veces en la cima del mítico Naranjo de Bulnes (el Picu o el Urriellu, elija), han escalado cimas de cuatro continentes, han visto un mar de nubes por debajo de sus ojos como regalo de su primera ascensión y como gancho para quedar atrapada para siempre, para volver a ver la estampa.

No te equivoques, los pies que suben montañas son los de colores.
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