Por aquí parece que no parte

05/04/2017
 Actualizado a 08/09/2019
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Parece que se ha pasado un poco aquella fiebre según la cual hasta el último pueblo de la provincia –incluido el mío– documentó, dibujó y legalizó su escudo con campos y corona, su bandera... Y la presentó e inauguró de manera oficial y solemne.

Si a ello le sumas que también tenían en la sacristía un viejo pendón, documentado desde tiempos inmemoriales.

Si a ello le sumas que también somos provincia, nos creció una autonomía o dos, somos más españoles que los Reyes Católicos, Europa nos acogió y El Mundo es un periódico de aquí y El Universal otro de Venezuela... Tenemos más banderas que deudas, que mira que es difícil.

Y ahora estamos estudiando la posibilidad de que a las banderas que tenemos sumemos otra de lo que no somos y los balcones luzcan una con los colores de la Gran Bretaña atravesada por una franja que diga «no».

Pasó aquella fiebre de tener bandera, que no iba a ser mala para todo la crisis. Y con la fiebre que se fue se marcharon también aquellas anécdotas chuscas que protagonizaban. A mi pueblo vino un alto representante del Estado para inaugurar nuestra modesta bandera, con un árbol, un libro y poco más. Y nos habló largo y tendido, muy largo, de la Unidad de España.

Nos vio bostezar e insistió: «Es muy importante la Unidad de España, nuestra patria corre peligro de romperse».

- No se lo niego, pero no parte por aquí, se lo digo yo; le explicó Serafín.
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