Ponferradina 1 - 0 Racing: 'Munitis devuelve la fe a la Deportiva'

El técnico cántabro debutó con victoria transformando al conjunto berciano en un equipo aguerrido e intenso / Chavero marcó el gol del triunfo en el segundo acto

Alejandro Cardenal
23/10/2016
 Actualizado a 31/08/2019
Menudo intenta zafarse de la entrada de un jugador del Racing. | DANIEL MARTÍN
Menudo intenta zafarse de la entrada de un jugador del Racing. | DANIEL MARTÍN
«Esto ya es otra cosa». Fue el comentario más repetido en la grada y el mejor resumen del estreno de Munitis en el banquillo de la Deportiva. El conjunto berciano no fue el Brasil de Zico, la Holanda de Cruyff, ni siquiera la Ponferradina de Barragán, pero fue un equipo con alma, suficiente para tumbar a un Racingque llegaba invicto al Toralín (1-0).

La metamorfosis fue total. Las arcadas de Chavero fueron el fiel reflejo de un equipo que dejó el pedestal en el que se encontraba y bajó al ‘barro’ para noquear al que era líder del grupo hasta este fin de semana.

Con una presión asfixiante y dando protagonismo a las bandas, la Deportiva consiguió doblegar al Racing. El propio Chavero fue el héroe de la victoria. El ex del Murcia, al que ayer le tocó vestir el mono de trabajo en la medular, puso la guinda al partido con una volea que derrumbó la defensa racinguista.

La transformación de la Deportiva fue más allá de un simple cambio de actitud. Para su debut en El Toralín, Munitis buscó imprimir su sello ya en la alineación, apostando por un 4-4-2 clásico, pero con matices. Para paliar la soledad de Figueroa, un náufrago en el dibujo de Manolo Herrero, el cántabro adelantó la posición de Rayco, que con el jienense había pasado por prácticamente todas las posiciones de la parcela ofensiva.

Chavero, al que ayer le tocó vestir el mono de trabajo en la medular, puso la guinda al partido con una volea que derrumbó la defensa racinguista

No fue el único matiz que introdujo. En la banda izquierda sorprendía la presencia de Abel Moreno, pero no como lateral, sino como interior, siendo Raúl Fuster el que cerraba una línea defensiva que recuperaba la dupla Gonzalo-Xisco, con Adán Gurdiel en el carril diestro.

La Deportiva de Pedro Munitis se presentó en sociedad mostrando su lado más guerrero. La pausa –y la pasividad, en muchas ocasiones– de la era Herrero dio paso a un juego más directo, llegando a ceder la iniciativa a los racinguistas, pero sin ‘regalar’ la posesión. Prueba del cambio de chip de los blanquiazules fue la amarilla que Chavero veía ya en el minuto nueve de encuentro.

El cambio también se extendió al ‘otro’ fútbol. Los blanquiazules mordían hasta al colegiado, forzando la amarilla de Héber y contagiando a un Toralín que ayer sí se sintió identificado con su equipo.

Ya en el descuento, el larguero evitó el empate de los visitantes, primera víctima de una Ponferradina que ha tardado, pero ayer dio el primer paso para convertirse en el ‘coco’ que se presuponía

Y eso que las ocasiones tardaron en llegar. La muralla racinguista, que llegaba a la capital berciana habiendo encajado solo tres goles en toda la Liga, solo mostraba alguna fisura en las jugadas a balón parado. Pero nadie conseguía rematar dos buenos lanzamientos de Abel Moreno.

A la enésima internada del lateral andaluz –ayer interior – fue la vencida. Un centro al segundo palo encontraba a Chavero, que enganchaba una volea cruzada ante la que nada podía hacer Iván Crespo.

El tanto obligaba a los racinguistas a asumir riesgos y volcarse en ataque, pero fueron los blanquiazules los que gozaron de los mejores ocasiones. Figueroa y Adán perdonaron al contragolpe y el Racing tuvo la suya. Yaen el descuento, el larguero evitó el empate de los visitantes, primera víctima de una Ponferradina que ha tardado, pero ayer dio el primer paso para convertirse en el ‘coco’ que se presuponía a principio de temporada.
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