Partido gris... tres puntos de oro

Sufrida victoria de la Deportiva en El Toralín ante Osasuna gracias a un tempranero gol de Acorán / Kepa volvió a ser clave

Alejandro Cardenal
18/04/2015
 Actualizado a 31/08/2019
Acorán celebra el gol de la victoria. | CÉSAR SÁNCHEZ
Acorán celebra el gol de la victoria. | CÉSAR SÁNCHEZ
La Deportiva sacó a pasear su versión más práctica ante un necesitado Osasuna que cayó por la mínima (1-0) en El Toralín y ya suma doce jornadas sin conocer la victoria. Todo son desgracias últimamente para los navarros, que ante la inoperancia ofensiva de los blanquiazules, no tuvieron mejor idea que regalarle el balón del gol a Sobrino. Con espacios, el de Daimiel no perdonaba y asistía a Acorán para que el canario anotara un tanto que terminó siendo de oro, porque tras el gol, la Ponferradina desapareció y solo un nuevo milagro de un soberbio Kepa, permitió al conjunto berciano sumar tres puntos que mantienen vivo el sueño del ‘playoff’.

Y eso que Osasuna llegaba al Toralín con la lección bien aprendida. En el partido de la primera vuelta, con Andy asegurando la salida de balón desde el eje de la zaga, el esférico solo tuvo un dueño, un error que los navarros no estaban dispuestos a repetir. La consigna estaba clara: Presión asfixiante sobre el director de orquesta de la Deportiva para que fueran Baró y Aguilar los encargados de iniciar la jugada con balones largos.

Sin contundencia en defensa y muy pocas ideas en ataque, los visitantes se diluían poco a poco, pero la Deportiva, lejos de aprovechar el bajón, se contagiaba de la caraja del equipo navarroLa táctica funcionó a la perfección durante un primer cuarto de hora en el que la Ponferradina no se encontraba a sí misma. Incluso en sus partidos más grises, el conjunto berciano se había acostumbrado a marcar el ritmo del juego, pero con el ‘bypass’ que los de José Manuel Mateo habían aplicado en el centro del campo, los blanquiazules recurrieron al plan ‘b’;porque con jugadores como Acorán o Sobrino, un chispazo es suficiente.

El canterano merengue era el primero en avisar con una arrancada marca de la casa. La potencia del manchego es una pesadilla constante para cualquier defensa y le sirve para cocinarse el mismo las jugadas. Lo demostró en El Sadar y lo volvió a demostrar ayer para desgracia de un Loties que terminó retirándose lesionado.

Tenía hambre el de Daimiel y con su principal surtidor prácticamente anulado, decidió disfrazarse de Berrocal para adelantar a la Ponferradina en el marcador. El ariete le robaba la cartera a la defensa rojilla en su propio campo y asistía con clase a un Acorán que sin mucho ángulo, lograba sorprender a un desafortunado Riesgo.

El gol desdibujó a un Osasuna que se había mostrado más sólido durante los primeros compases y evidenció el por qué de los agobios de los navarros en la tabla. Sin contundencia en defensa y muy pocas ideas en ataque, los visitantes se diluían poco a poco, pero la Deportiva, lejos de aprovechar el bajón, se contagiaba de la caraja pamplonica, firmando una primera parte repleta de imprecisiones en ambos bandos.

Tampoco se vio mucho fútbol en la segunda. Pese a sus carencias, los rojillos daban un paso adelante tras la reanudación y se lanzaban descaradamente a por el empate aprovechando el exceso de celo de una Deportiva que se resignaba a defender un gol que podía ser fundamental.

San Kepa


Así, con Osasuna totalmente volcado, volvió a aparecer Kepa. El guardameta vasco dio un nuevo paso hacia su canonización como santo blanquiazul con dos buenas intervenciones que mantenían la ventaja del conjunto berciano en el marcador.

La primera llegaba a punto de cumplirse una hora de partido. Nino filtraba un pase entre líneas que dejaba a Roberto Torres mano a mano con el cancerbero internacional sub-21 de la Deportiva, que leía a la perfección la jugada y se lanzaba con todo arrebatándole el balón de los pies al mediapunta rojillo en el último momento.

Diez minutos después y con los blanquiazules ya completamente encerrados en su área, volvía a aparecer Arrizabalaga. Nino recogía un balón suelto en el punto de penalti y su disparo a bocajarro lo terminaba blocando el portero, ganándose la ovación de una grada que recogió el guante lanzado por Manolo Díaz y sostuvo a los suyos en los peores momentos.

La comunión entre EL Toralín y los jugadores fue clave para resistir arreón final de Osasuna en los minutos finales, un carrusel de balones colgados al área en el que emergió la figura de Alan Baró. El central catalán se echó el equipo a la espalda tras la sustitución de Aguilar y la lesión de Andy y se multiplicó para amarrar un triunfo que sabe a gloria tras las derrotas de Leganés y Alavés.

Con los tres puntos, la Deportiva duerme en la sexta plaza y mete presión a un Real Zaragoza que se verá las caras con el Betis en el Villamarín y a un Llagostera que viaja a las islas para medirse al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López con la obligación de ganar para no alejarse de la pelea por el ‘playoff’.
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