Parece igual pero no es lo mismo

Fulgencio Fernández y Mauricio Peña
17/12/2014
 Actualizado a 15/09/2019
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Parece casi igual. Unos pies que desfilan acompasados, unas piernas que mantienen la marcialidad y la igualdad... Pero no es lo mismo, después de varios pantalones llega una falda.

Y es que lo que debería ser una anécdota puede ser mucho más y tantas veces lo es. Cada vez pasa menos, por suerte. No es el caso de la foto, por suerte, pero el llevar faldas y medias en vez de pantalones y calcetines muchas veces se convirtió en tener que soportar bromas, chanzas y gracietas que ninguna gracia les hacían.

A veces iban más allá de las gracias. En las páginas del periódico se recogía hace unos días la confirmación de una sentencia para un mando de la guardia civil que se creyó con autoridad para hacer y decir lo que le viniera a la boca y al escalafón.

No es el caso de este cuerpo pero muchas veces una estampa similar supondría que los de los pantalones tendrían un sueldo sensiblemente superior a la de la falda por hacer exactamente lo mismo, por desfilar igual, por tener las mismas obligaciones.

No es nada nuevo. Es una vieja batalla que aún no se acaba de ganar, la siguen librando, dan la cara más que nunca pero la imagen lo ilustra muy bien. Todo parece igual, pero no es lo mismo. Sin ir más lejos, hay seis pares de pantalones y tan solo un par de medias y una falda.
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