Pagar por reservar

El restaurante Delirios es el primero de León en atreverse a cobrar un depósito a sus comensales. Los clientes pagan 15 euros por adelantado para ‘garantizar’ que la mesa no quedará vacía...

Susana Martín
21/04/2017
 Actualizado a 13/09/2019
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¿Pagaría usted por conseguir mesa en un restaurante? No después de disfrutar de una comida o una cena, sino mucho antes, a la hora de llamar. El fastidio –y las pérdidas– que supone que los clientes reserven mesa y ni aparezcan ni llamen para anular, quedando así la mesa vacía,  ha llevado al restaurante Delirios de León a convertirse en el primero de la provincia que cobra una ‘pre-reserva’ a sus clientes.

Hemos llegado a perder 3.000 euros en dos semanas por gente que ni aparece ni llama, una faena «Es la primera vez que me piden en un restaurante de León un depósito de 15 euros por cabeza al hacer una reserva. ¡Alucino pepinillos!», escribía esta semana en una red social una clienta habitual del local que no daba crédito a la medida que acaba de poner en marcha Javier Rodríguez en su restaurante de la calle Ave María, detrás de la Catedral.

Tomar la decisión de cobrar ese ‘prepago’ no fue fácil, reconoce Rodríguez, chef y propietario del local, que explica que la decisión llega por la «necesidad» de dejar de tener pérdidas tantos fines de semana por clientes  informales que ni se molestan en anular su reserva ni aparecen, impidiendo que otros ocupen una de sus 9 mesas. «O ponemos freno, o salimos perdiendo todos los restaurantes», dice, «porque estas cosas nos hacen polvo, no podemos permitírnoslo».

Ha habido todo tipo de reacciones. Los que se extrañan pero reconocen que es una idea razonable, y los que llegan a insultar y hasta cuelgan desairados...

Rodríguez cuenta que algunos clientes han llegado a insultarles, pero tiene claro que había que dar el pasoLa técnica, similar a la hotelera de toda la vida, es ya habitual en restaurantes de grandes ciudades.

En Delirios, a través de un enlace (no hay que dar los datos de la tarjeta de crédito) el cliente hace una provisión, que luego se descuenta del total.

Así, los clientes que reservan y no acuden a la cita pierden los 15€, y el local aún pierde –porque sigue perdiendo si no se ocupa la mesa– pero al menos factura algo...

¿Perderá León el ‘miedo’ a la medida? ¿Seguirán otros locales la misma senda, para evitar tantas veces estas faenas?
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