Pablo Andrés Escapa: "No escribo para complacer a nadie"

El autor lacianiego ha protagonizado una de las irrupciones más celebradas en el mundo de la literatura y el cuento. Este martes hablará de ello en el ciclo ‘Letras en la buhardilla’ de la Biblioteca Padre Isla (19.30 horas, entrada libre)

Fulgencio Fernández
14/03/2017
 Actualizado a 12/09/2019
Pablo Andrés Escapa se encontrará este martes con sus lectores en la Biblioteca Municipal Padre Isla.
Pablo Andrés Escapa se encontrará este martes con sus lectores en la Biblioteca Municipal Padre Isla.
Lacianiego militante, pescador empedernido, bibliotecario de la Real Biblioteca de Madrid, lector, escritor, se repite de él que es "uno de los mejores cuentistas actuales", cercano, buena gente. Hoy acude a la llamada del ciclo ‘Letras en la buhardilla’, de la Biblioteca Padre Isla, para un encuentro en el que el poeta Antonio Manilla hará de maestro de ceremonias, "lo que me tranquiliza mucho pues él sabrá qué hacer", dice el autor de ‘Mientras nieva sobre el mar’ a la vez que lamenta que no nieve sobre Laciana, como se había dicho, pues "me hacía ilusión".

– No nieva, al menos como lo entienden los lacianiegos, sobre su tierra para recibirle.
– Ya lo he visto, habrá que refugiarse en la ficción, una vez más.

– De ficción va a hablar.
– En principio, después de lo que surja. He querido que no sea una conferencia, un sermón, sino una conversación en la que la gente pueda intervenir e ir repasando los cuentos que he publicado en mis libros, leyendo pasajes en los que estén presentes conceptos de los que se pueda debatir.

– Como...
– Pues como la oralidad; el humor; lo oculto y lo popular; los símbolos, como el mar; Cervantes. Y leeré un pasaje que ilustre estas cosas en un ambiente cercano y distendido.

– Acudirán además sus lectores.
– Eso es una suerte, porque de los lectores aprendes mucho e, incluso, te revelan ellos cuestiones que han percibido en tus libros y que puede que yo no hubiera reparado, aunque es evidente que está ahí, que surge de mil historias tuyas: un recuerdo infantil, una historia que escuchaste, una imagen de una película...

– ¿De dónde le viene a Escapa el gusto por los cuentos, por la fabulación?
– Hay un antecedente familiar claro en mi padre, que nos contaba cuentos; conocer y leer a gente como Pereira; en ‘Voces de humo’ está Laciana, el carbón, los recuerdos de la escuela, de mi escuela, que aunque la historia sea inventada la base está ahí.

– Ya hace casi quince años que llegó a las librerías ‘Las elipsis del cronista’, su primer libro de cuentos ¿Le sorprendió el entusiasmo de crítica y lectores con su libro?
– La verdad, fue sorprendente;pero creo que fue fruto de lo que yo entiendo como el secreto de mi literatura: "Escribir como te sale", no pensar en nada que no sea lo que tu quieres contar; en definitiva, en ser honesto con tu oficio. La verdad es que no había vuelto a leer aquellos cuentos y al hacerlo para ir a León creo que soportan el paso del tiempo, porque es un libro auténtico, que conecta con una sensibilidad con la que conecta mucha gente y que no estaba escrita, al menos de esa manera. Pese a ello, reconozco que me sorprendió el recorrido que tuvo, las ediciones sucesivas...

– ¿Para quién escribe?
– Para nadie. Nunca escribo para complacer a nadie más que a mí, hago lo que quiero. Tuve la suerte de encontrar una editorial, Páginas de espuma, que me han dejado hacerlo, que nunca me han pedido nada "de encargo" y me han dado libertad incluso para hacer las cubiertas.

– Y el mercado, los gustos, las modas ¿No ha hecho ninguna concesión?
– No. Siempre he escrito de lo que me ha apetecido, de lo que a mí me conmueve, de aquello que me llama la atención... Y en ello sigo pues el libro en el que trabajo va a ser igual, son tres cuentos largos que responden a una idea tomada de un principio de Cervantes: "Mostrar con propiedad un desatino", que es el gran desafío de la literatura, darle verosimilitud, convencer al lector que el mayor disparate que le vas a contar se lo tiene que creer.

– También un reto para el escritor.
– Ésa es la clave. Ese reto me interesa a mí como escritor, pues me obliga a crecer, a llegar a una escritura cada vez más depurada, cada vez más exigente. Hasta el punto de que nunca das por bueno el resultado, en algún momento pones el fin pero tienes la sensación de que podría haber algo más, que lo podrías decir de otra manera e iba a quedar mejor. Es decir, la competencia es con uno mismo, al menos en mi caso.

– ¿Y los temas?
– Sólo aquellos que a mi me conmueven. Por ejemplo, jamás he escrito de ambientes urbanos, que son mucho más ‘comerciales’, pero no me sale.

– Como le ocurría a su maestro Pereira le están "encasillando" como cuentista, pero también es autor de una novela "del oeste", un ensayo.
– El cine del oeste me gusta desde niño, desde que íbamos en Villaseca al cine a ver "pelis del oeste". Al crecer compruebo que las maneras de estar, de hablar, de comportarse, se parecían a las de mucha gente que yo conocía, en mi tierra. Desde el paisaje y su uso romántico, el baile, el entierro, los rituales, los movimientos... todo lo que se hace en el cine del oeste queda sacralizado ¿Qué diferencia hay entre los vaqueros cruzando el río con sus vacas y los vaqueros de Laciana? ¿Y la socarronería, el individualismo?

– ¿Lector de Marcial L. Estefanía?
– No, yo leía a Zane Grey, que era el equivalente pero era mejor literato.

– ¿No le tenía miedo a un género con poco prestigio literario?
– No. Se dice como crítica a las novelas que "son todas iguales". Trasládalo al cine, ¿es igual cuando la dirige John Ford o Anthony Mann o Sam Peckinpah?

– Va a leer ‘Carbón’, ahora que se cumplen 25 años de la Marcha Negra y con una comarca desencantada.
– Tengo la impresión de que el tono reivindicativo ha ido decayendo en todo , en la minería pero también en la educación, la sanidad... Ycon ello han ido empeorando las calidades democráticas.

– ¿A qué se puede deber el desencanto actual?
– Pienso que tiene mucho que ver con que se nos presenta la causa del problema como si dependiera de estructuras muy lejanas, ajenas a la mano de la gente, como si no se van a escuchar las protestas pues se ha desplazado toda la gestión, todo el negociado, a unas estancias a las que no tienes acceso.

– La repetida frase de "viene impuesto por Europa".
– Eso es, nos hablan de una especie de limbo o nebulosa que, además, le sirve a los políticos locales para desentenderse.

– Lo mismo que ocurrió con la leche.
– Cierto, pero también ves cómo ha negociado Francia esas cuotas, esos mismos cupos, y es otra historia pese a ser la misma Europa.
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