Ese había sido hasta el último accidente con víctimas mortales en el Bierzo hasta que se produjo el fallecimiento de José Pereira Díaz el pasado jueves en el pozo del grupo Salgueiro, en Santa Cruz de Montes, localidad perteneciente a Torre del Bierzo.
Y es que durante la última década los accidentes mortales en la minería berciana se habían reducido a la mínima expresión. Hay que remontarse hasta el año 2005, un período fatídico para el sector en la comarca, para encontrar las últimas catástrofes.
El 27 de mayo de ese año en la mina Antracitas de Brañuelas, también en Torre del Bierzo, fallecía Manuel Ucha Candaredo, que era aprisionado por el contrapeso de una pala para cargar el carbón en el interior de la mina mientras trataba de repararla.
Apenas tres meses después, el 1 de septiembre, tenía lugar un accidente en una explotación de Uminsa en Santa Cruz del Sil que se saldaba con una víctima mortal, Manuel López Cerecedo, de 40 años, que llevaba más de diez años en el grupo. Sus compañeros lograban sacarlo al exterior de la mina después de que le cayera encima un bastidor, pero moría pocos minutos después a pesar de los primeros auxilios e intentos de reanimación que se le practicaron en una UVI móvil desplazada al lugar del incidente.
Cambio de tendencia en 2002
El año 2002 fue el primero en varios lustros que no se cobraba ninguna vida en la minería berciana, que había llorado la pérdida de tres trabajadores del sector en 2001 y dos en el año 2000.
Las organizaciones sindicales mayoritarias, CCOO y UGT, achacaron este cambio de tendencia en la siniestralidad laboral respecto a la negra década de los noventa a la reducción progresiva del número de mineros como consecuencia de la aplicación del Plan del Carbón y el sistema de prejubilaciones.
Un minero berciano falleció en el accidente de Pozo Emilio del Valle
Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez, son los nombres de los seis fallecidos que dejó el accidente del Pozo Emilio del Valle de la empresa Hullera Vasco Leonesa el 28 de octubre de 2013, la tragedia más grave ocurrida en la minería en España en los últimos 18 años después de que se produjera un escape de grisú que se saldó con el fallecimiento de los seis mineros.
El accidente conmocionó a la localidad de Las Ventas de Albares, que se divide entre los municipios de Torre del Bierzo y Bembibre. De allí era Carlos Pérez, de 38 años, que estaba casado y tenía dos hijos, una niña de 16 y un niño de 13 años. Aunque vivían en León, prácticamente todos los fines de semana se acercaba al pueblo con su familia para visitar a sus padres.