En este contexto, un centenar de afectados se reunió ayer en la sede de la comunidad en Santa María del Páramo con la Comisión Permanente para exigir que toda la dotación de agua que reste por consumir se destine al riego modernizado. Además pidieron la contratación de un servicio de vigilancia que evite que se vandalicen de nuevo las instalaciones generales de riego. Estos acuerdos quedaron reflejados en el acta que se levantó como garantía de lo pactado, puesto que los regantes mantienen firme su intención de exigir responsabilidades a quien competa, como mantiene el líder de la UCCL en León, Juan Antonio Martínez.
Por su parte, según las fuentes consultadas, entre la directiva cada vez cobra más fuerza la idea de la dimisión como consecuencia del desgaste sufrido en los últimos días y de la pérdida de confianza en la propia Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) con la que no coinciden en los datos de gasto de agua.
Al cierre de esta edición las partes continuaban reunidas, pero todo apunta que la situación empeorará, puesto que, según todas las previsiones, la semana que viene se acabará el agua, a pesar de los últimos anuncios de mayor disponibilidad.
Martínez recuerda que una explotación media de 40 hectáreas tiene una inversión de unos 80.000 euros, por lo que se pueden dar situaciones muy dramáticas, si la campaña concluye drásticamente. «Son momentos muy agobiados», concluye Martínez.
Por otra parte, mientras en el Páramo Alto «los ánimos están caldeados», en el resto de la provincia, salvo en momentos puntuales, la campaña se ha desarrollado con normalidad, dentro de los desafíos que planteaba una de las peores sequías de la historia.