Numancia 1 - 0 Ponferradina: 'La vida sigue igual'

La Deportiva vuelve a perder a domicilio por la mínima tras un penalti muy inocente de Lolo Pavón / El conjunto berciano mejoró en la segunda parte, pero no fue suficiente

Alejandro Cardenal
03/10/2015
 Actualizado a 31/08/2019
El balón parado, el mejor recurso de la Deportiva en Los Pajaritos. | MARIO TEJEDOR (HERALDO DE SORIA)
El balón parado, el mejor recurso de la Deportiva en Los Pajaritos. | MARIO TEJEDOR (HERALDO DE SORIA)
Cuatro de cuatro. La Deportiva no consiguió revertir la mala, que va camino de convertirse en pésima, dinámica a domicilio y cayó por la mínima (1-0) ante el Numancia en Los Pajaritos víctima de un inocente penalti de Lolo Pavón nada más arrancar el choque.

Tras una primera parte para olvidar, los bercianos dieron un paso adelante en el segundo acto y amenazaron la portería de Munir con Álvaro Antón y el balón parado como mayor exponente, pero el marcador no se movió y volvió a ser evidente el ‘trauma’ del conjunto blanquiazul a la hora de salir del Toralín.

Y eso que Manolo Díaz volvió a dar una vuelta de tuerca al once.A las ausencias en la convocatoria de jugadores otrora intocables, como Andy y Berrocal, se unió la suplencia, ya habitual en los partidos fuera de casa, del ‘pichichi’ de la Liga Adelante, Yuri de Souza.

Con el brasileño esperando su turno desde el banquillo, el técnico daba la responsabilidad de comandar el ataque blanquiazul a Willian Jebor, que veía recompensandos sus buenos minutos ante el Bilbao Athletic con su segundo partido como titular desde su aterrizaje en la capital berciana.

El gol de Óscar Díaz obligaba a la Deportiva a remar a contracorriente y dar un paso adelante con un once pensado justo para lo contrario; ceder la iniciativa a los locales y buscar los espacios a la espalda de la defensa
El por qué de la apuesta por el liberiano quedó patente desde el primer momento. Presionaban los sorianos muy arriba la salida de balón y la velocidad del ariete suponía un desahogo importante a la hora de buscar transiciones rápidas, liberando además de trabajo defensivo tanto a Álvaro Antón como a Pablo Infante, las otras novedades en el enganche.
Pero todo el plan previsto se fue al traste en diez minutos. En una jugada sin aparente peligro Lolo Pavón arrolla involuntariamente en el área a Pablo Valcarce cuando el berciano iba a buscar un balón dividido y López Amaya castigaba la inocencia del central andaluz señalando un penalti tan ridículo como justo.

Óscar Díaz no perdonaba y obligaba a la Deportiva a remar a contracorriente y dar un paso adelante con un once pensado justo para lo contrario; ceder la iniciativa a los locales y buscar los espacios a la espalda de la defensa.
Y es que ni Basha ni Jonathan Ruiz consiguieron imponer su jerarquía en el centro del campo y se vieron sobrepasado constantemente por el despliegue de Pedraza y de un Alex Alegría que recordó al mejor Berrocal. En una de esas ‘emboscadas’ el delantero cedido por el Betis a punto estuvo de darle una estocada mortal a los blanquiazules, pero su balón, tras robarle la cartera a Basha, no encontró portería.

Con el barco haciendo aguas, la Deportiva se agarró al salvavidas que tantas veces le salvó el año pasado: Pablo Infante. El burgalés se libró del suspenso generalizado en una horrible primera mitad con un destello de clase que dejaba a Jebor mano a mano con Munir, que se hacía gigante y con ayuda del poste conseguía evitar el primer gol del liberiano en la Liga.

Había que tocar fondo para empezar a crecer y la Deportiva lo hizo nada más comenzar el segundo acto. Casado se equivocaba al sacar la pelota jugada desde atrás, un error que Alegría no castigó y provocó la reacción de los blanquiazules, que se toparon con un inspirado Munir. Si ya en la primera mitad el guardameta rojillo había evitado la igualada con un mano providencial a disparo de Jebor, en la segunda volvió a volar para sacar un balón que buscaba la escuadra tras una falta magistral de Álvaro Antón.

No fue una sinfonía, pero por primera vez en lo que va de temporada y a domicilio, la Ponferradina mostró algo de la ambición de la que hace gala cada quince días en El Toralín. En busca del empate, Manolo Díaz quemó todas sus naves. Yuri entraba a veinte minutos del final y el equipo berciano acababa el partido con el brasileño junto a Djordjevic en punta.

Pero ni con dos delanteros consiguió la Deportiva acabar con su sequía como visitante. El paso de los minutos diluyó el empuje de los blanquiazules, que aún así rozaron el empate. Pablo se inventó el gol y el otro Valcarce,Luis, evitó que Djordjevic rematara un servicio desde la banda de Casado con Munir ya batido, prolongando la agonía de la Deportiva fuera de casa, al menos, una semana más.
Lo más leído