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Necesitamos un sistema educativo nuevo

23/05/2017
 Actualizado a 14/09/2019
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Nuestro sistema educativo actual no sirve, necesita que consideremos varios aspectos de su estructura, desarrollo y eficacia. La comunidad educativa se resiente y con ella la sociedad entera que sufre las consecuencias de la incongruencia, el abandono escolar, la falta de aplicación de las enseñanzas en el mundo laboral, la juventud que afronta un panorama poco estimulante y una falta de objetivos y ausencia de línea formativa en el campo de los valores que ensombrece el futuro de un país que afronta estos problemas demasiado dividido en todos los aspectos tanto territorial como de eficacia administrativa para resolverlos.

Son demasiadas leyes educativas fallidas, sin consistencia y con un claro tufo político, sin tener en cuenta el bien de la ciudadanía en general y con un abandono del sujeto esencial de la educación que es la persona, el niño, el adolescente, el joven y la ausencia algo tan importante como es la relevante figura del profesor.

No hace falta decir que los dos partidos políticosprincipales han protagonizado escenas de rivalidad en llevarse el gato al agua del protagonismo educativo con el fin de que el agua mueva el molino de cada uno de ellos, sin darse cuenta que, poco a poco, el perdedor de todas sus peleas y desencuentros es la persona, e la familia, en definitiva, el país entero porque asiste a los suspensos de las evaluaciones internacionales y a las propias, con un alto porcentaje de fracaso escolar.

También hemos asistido a derivas hilarantes al tomar acuerdos que prolongaban la agonía del enfermo sin tener la valentía de que un competente ministro llevara a cabo las reformas que se requieren y concitando el amplio consenso que es necesario para su ejecución.

Naturalmente que para ello deberían despolitizar su trabajo, dejar que los profesionales, los protagonistas educativos auténticos, conun tiempo de reflexión, elaboren los proyectos educativos y reglamentos, y los políticos trabajarían en la viabilidad de tales aportaciones dentro del marco constitucional, aprobando las herramientasfinancieras adecuadas para que fuera viable el proyecto.

Desde aquí y en futuras reflexiones iremos aportando acotaciones con el fin de lograr esclarecer algunos aspectos.

Mientras tanto, fijémonos en uno de los países que ha logrado revertir el déficit educativo que tenía. Se trata de Finlandia. Veamos los siguientes puntos:

– La enseñanza prácticamente es pública.
– Hay poca diferencia entre los resultados de las escuelas.
– No hay una clasificación de escuelas.
– No hay exámenes o pruebas hasta la selectividad.
– Hay menos horas de clases y también menos deberes.
– La remuneración de los profesores es óptima y también están muy cualificados. Es muy alto el nivel de exigencia para los alumnos aspirantes de magisterio y los preparan muy bien.
– El profesorado tiene un buen nivel de autonomía, no hay inspecciones en el aula. Su salario está sobre los 4.000 euros al mes con una media de 31,6 horas de trabajo a la semana.
–Los padres no se inmiscuyen en la organización de las escuelas, por el elevado nivel de status del profesorado.
– La comida y el material escolar es gratuito para todos.
– Aproximadamente el 50% de los niños recibe apoyo individualizado y no sólo los que tienen problemas.
– Finlandia es un país con poca desigualdad . La pobreza infentil es del 6,5% fente al 30% en España.

Este programano se consigue de hoy para mañana, desde luego, es fruto de una reflexión, un trabajo y unos acuerdos racionales, así como un esfuerzo por parte de todos, en definitiva de una programación adecuada y conducida por expertos de verdad.

Algo fundamental es considerar que el ciudadano debe sentir lo que afronta como algo especial y suyo, con perspectiva histórica y con solidaridad.

Quizás en España deberíamos comenzar algún día por intentar conseguir unidad de criterios y de objetivos,la homogeneidad territorial en aspectos fundamentales e irrenunciables y la valoración de lo propio y no la división que existe actualmente.

Si consiguiéramos todo esto veríamos el resultado con esperanza primero y alborozo después al contemplar una generación realmente equilibrada, educada, fiel a sus principios, preparada y con criterio.

¿Les interesará a los políticos?

De momento, mientras quelas luchas intestinas de banderías ylos intereses inconfesables primen sobre los objetivos generales de la nación, no se logrará nada más que seguir contemplando la agonía de un enfermo al que se le aplican cataplasmas y remedios circunstanciales.

Nosotros seguiremos en nuestralínea crítica y constructiva por si algún día, en algún momento, surge la generación ciudadana que anteponga los intereses educativos a los económicos y a la trapacería política a los que nos tienen habituados.
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