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Mujeres en mi camino V

10/08/2017
 Actualizado a 07/09/2019
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Soy hijo de él y de ella, hermano de ella y de ella, esposo de ella, padre de ella y de él, pera antes que nada soy yo, y por ser yo y hacer y decir lo que digo y hago puedo ser juzgado o valorado. Me declaro dueño, y esclavo, de lo que he dicho o escrito, de lo expresado, aunque pene mucho más por lo callado. Vergonzoso es que después de una vida entera forjando tu lugar, luchando por ser tú, con los tuyos pero tú, reduzcan todo lo tuyo a ser simplemente algo de alguien y no a ser tú mismo. Algo parecido debió pensar hace algunas semanas una mujer que lleva más de tres décadas buscando su lugar, su relevante lugar. Se ha hecho un hueco en el panorama literario nacional, donde es reconocida como autora, quizás no de culto entre los más puristas, pero sí de éxito, al menos entre las jóvenes generaciones que aprendieron y comprendieron que se podía ser gordito y gafotas a la par que entrañablemente querido y admirado. Trabaja también en prensa escrita, en radio y en multimedia desde que era poco más que una adolescente con coletas. Se ha forjado una carrera profesional llena de eventos y de luchas, tan llena y plena que llenan muchas páginas en su prolija biografía, como para que ahora venga un palanganero de la política, que ejerciendo de portavoz ciudadano’s, al sentirse agraviado por un comentario crítico hacia la labor de representación que ejercen, se ofenda y en su cortedad burril (de burro, muy burro) responda a la crítica reduciendo todo el posible valor de la señora Lindo a ser la esposa de, que ciertamente lo es pero como una circunstancia temporal, igual que será hija de o hermana de, pero que sobretodo es ella misma. A una crítica política se debe responder con argumentación fina y acerada, pero no con descalificaciones personales gratuitas. Hacer lo contrario es bajeza intelectual, ética y moral. Estoy convencido que todas su compañeras de partido y de profesión política le habrán recriminado ferozmente sus descalificaciones ¿o no? Callar te hace cómplice.
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