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'Morir' de éxito

02/06/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Bécquer escribió: «Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar». Y volvieron. Más que oscuras, color sotana; negras como el carbón. Cual boca de lobo. Pues bien, hace por ahora poco más de cuatro años, los amos del Partido Popular de León –que varios eran– sacaron los baldeos de las fundas y agitaron al aire su poderío. Lo hicieron visible. Eran otros tiempos. Otras épocas en las que ‘mandaban’ con cojones. Y la jugada les salió bien. Contaban para el fin con ‘medios’ propios y ajenos.

A pesar de esas ‘ayudas’ putrefactas, el destacado trío de la cúpula provincial del charrán –Majo, Silván y Eduardo Fernández– se han ido agotando día a día. Poco a poco. Al primero, le han mandado al rincón de pensar en su localidad de adopción, en Valencia de Don Juan. Quizá le quede otra esquina en el Palacio de los Guzmanes donde continuar con las reflexiones. El segundo –que, en principio, era el menos damnificado de ellos– tiene el futuro arrendado. Concluyó la juerga del último domingo. El portazo que se augura –la revolera en la mesa de Pastorinas– será el vendaval que podría llevarle por delante. Y el último de la fila, Fernández, está en casa. No le salvó ni Mañueco, que eso sí que le hizo daño y lo convirtió en plañidera acastañada. Por cierto, Mañueco que se temple. Van a por él. Está rodeado de enemigos.

Con todo este conglomerado de futuros próximos, la formación de Albert Rivera en León puede pegarse un tiro en el pie. Si al final la decisión de Madrid es pactar con el PSOE de Tudanca –léase el ‘doctor’ Sánchez– paragobernar la autonomía en comandita, es muy fácil concluir que en la capital leonesa se abra otro escenario totalmente opuesto. La UPL se cruzaría con sus tres concejales –ya está cruzado– y Diez dejaría en el desván la ‘ayuda’ de Gemma Villarroel. El representante de Podemos hace la carambola. Mayoría absoluta. Y fin de la era.

Otro de los vértices con espinas es la vara de mando de la Diputación. Una más de las patatas calientes de los populares. Y, en particular, de Majo. Si se consolidan los resultados provisionales, que todo apunta a ello, el PP, con once diputados, lo tendría muy complicado. Necesitaría del concurso de UPL y C’s para alcanzar el sillón. Sin embargo –y esa es la clave– los socialistas del secretario Cendón, con doce, sólo precisarían de uno para obtener el acopio necesario. Y los leonesistas se sienten más cómodos con los del centro izquierda. López Sendino es el paradigma reciente.

Y no se olvide que, aparte de León, los tres municipios con mayor población, Ponferrada, San Andrés y Villaquilambre, van a lucir el logo del puño y la rosa. Es el ‘éxito rotundo’ del Partido Popular y de quienes lo dirigen.
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