22/08/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Anda cerca San Bartolo y estamos agobiados en el paraíso redipollejo, porque son los días en los que La Pedrera se asemeja a la Gran Vía y hay que pedir la vez a Segis para poder sentarse en los bancos que están a la sombra de los chopos. La pena es que solo sean unos días, pero quizá eso hace que sean más entrañables. No somos pocos los rapaces que ya no somos tan rapaces y que nos juntamos para contarnos qué tal nos va por la vida y rememorar andanzas pretéritas. Lo cierto es que solo nos falta cantar ‘Recuerdos de mocedad’, puesto que mientras las víctimas de la pubertad sucumben al vomitivo reguetón, nosotros echamos de menos un pasodoble o una rumba y evitamos el bostezo a la espera de ver si al final de la verbena tocan aquella de ‘Necesito respirar’. Pero volviendo a Mocedades, resulta que un rapaz de Valdepiélago que canta en el mítico grupo va a tener que compaginar el micrófono con el látigo a la hora de poner orden en la casa de los populares leoneses. Le llamó desde Génova otro artista –el organizador de la casa grande toca el piano y el clarinete y además es un hábil lanzador de huesos de aceituna– y le dijo: «‘Eres tú’ el elegido para lograr que dejemos de ser de una vez por todas el partido del ‘Tómame o déjame’ y trabajemos todos juntos». Se trata en definitiva de parar la ‘Guerra cruel’, pero no parece tarea sencilla, porque aquellos –y aquellas– que se desenvuelven bien en el campo de batalla y pueden quedarse fuera van a entonar la letra de ‘El arriero’, por aquello de que en el camino se encontrarán y entonces tendrán sed de venganza. Quizá deberían cambiar el himno del partido y decantarse por ‘La gaviota’, otra de las grandes y desconocidas canciones de Mocedades que habla de un ave que –como el rapaz de Valdepiélago– tiene que «navegar en la niebla» para evitar que entre los populares se mantengan rupturas similares a las que se han vivido estos últimos años en uno de los grupos de referencia de nuestro país, que por supuesto y por desgracia no va a sonar en las verbenas de San Bartolo, porque las cosas no siempre cambian para bien (la música es buen ejemplo de ello), aunque en el caso del PP de León solo se puede ir a mejor.
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