28/04/2017
 Actualizado a 09/09/2019
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Y a se ha enfriado el monte y ahora toca que las heladas de la primavera amenacen conjorobar las cosechas. Han caído cuatro gotas en el Bierzo en estos días, celebradas por muchos como si fuera una auténtica lluvia de billetes. Algo le hemos hecho al cielo, que no hace más que mandarnos mensajes. «En abril aguas cero», «Buena es la nieve que viene cuando a mi me parece», teclea. Y coloca un emoticono de diablillo naranja con cara de venganza chunga.O bien se está partiendo la caja, o bien es que ya no nos pasa ni otra más.

Pero hay quien no pilla las indirectas, ni aunque le pasen por delante del morrosubidas en un autobús descapotable naranja fluorescente tocando el pito.

El fuego ha hecho arder los montes y hervir la sangre de mucha gente en el Bierzo, que salió a la calle hace unos días para decir que ya está bien. Para clamar contra los incendiarios y contra los que tienen en sus manos la responsabilidad de defender los montes y no lo está haciendo bien. Cansados de oír cada poco las mismas milongas.

Mientras, hay quien se atreve a poner en cuestión la utilidad que hubiera tenido el Plan de Gestión de los bosques de La Tebaida, elaborado por experimentados profesionales de la universidad hace años y que duerme en los cajones de varios despachos. Pero lo único que de momento ha quedado claro es el resultado de no haberlo puesto en marcha: 1.300 hectáreas negras estas vez. Y eso sí, la culpa para cualquiera,menos para mí.
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