Mago por el tercio barato

10/01/2017
 Actualizado a 19/09/2019
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Vosotros no os imagináis lo que es trabajar de Papá Nöel o Rey Mago por el tercio de lo barato; no como salen los concejales y famosos, con más pajes y sirvientes que en las películas viejas de huríes y esclavos.

Pero por el tercio de barato, con peluca más falsa que los libros de Ana Rosa Quintana, zapatillas de deporte para aguantar el tirón, capas de Rey arrancadas a unas cortinas y más grapas para sujetar jirones sueltos que en una operación de cambio de cadera, de hueso a titanio... eso es más duro que aguantar el telediario, hay que tener mucha vocación de Mago para repetir de un año para otro.

Y el ajetreo. De un colegio para otro, un viaje hasta el Centro de Salud, subir a la camioneta del Ayuntamiento que al alcalde le apetece darse una vuelta por los pueblos para que vean que sigue siendo un político cercano y amante de las tradiciones.

Y caramelos que no falten. Y frío, menos aún, al final del día tienes para hacer un iglú en la plaza del pueblo. Y todo ello para que cuando vayas a coger al rapaz en brazos se ponga a llorar como un descosido.

Por eso no es de extrañar que al final de la dura jornada real busques algo que sea verdad, alguien que ni mienta ni llore.

Y encuentras al de siempre, a tu perro. Hay amores eternos.
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