Lucha contra el fuego en un verano 'difícil'

La provincia sufre entre enero y mayo 471 incendios, más que en todo el año pasado

Alfonso Martínez
21/06/2017
 Actualizado a 18/09/2019
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presentó este martes en León el dispositivo de lucha contra el fuego. | DANIEL MARTÍN
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presentó este martes en León el dispositivo de lucha contra el fuego. | DANIEL MARTÍN
Un dispositivo que funciona del 1 de enero al 31 de diciembre, pero que se enfrenta a partir de ahora a la época de mayor peligro. Así presentó este martes en León el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el operativo de lucha contra los incendios forestales para la temporada de verano, la denominada «de riesgo alto».

Más medios materiales y humanos y la incorporación de las nuevas tecnologías son las principales claves de un dispositivo que se adecua «a la situación de riesgo de cada momento» y que servirá para hacer frente a un verano «difícil», tal y como reconoció el consejero durante la presentación celebrada en el Centro para la Defensa contra el Fuego. Y esta previsión se asienta sobre la situación que se ha vivido durante los primeros cuatro meses del año, que se ha traducido en un incremento exponencial de los incendios y que ha obligado a declarar el riesgo medio desde el pasado 8 de junio y hasta que el 1 de julio se pase al nivel alto propio de cada campaña estival en la lucha contra el fuego.

Las estadísticas reflejan que durante los cinco primeros meses del año se produjeron en la provincia de León un total de 471 incendios, cifra que supera ya la referida a todo 2016, cuando se habían contabilizado únicamente 407. Concretamente, uno de cada tres incendios registrados en territorio leonés se quedaron en conatos, puesto que no superaron una hectárea de superficie quemada (fueron 156 entre los meses de enero y mayo).

En cuanto a los datos provocados por estos incendios, los datos aportados por Suárez-Quiñones reflejan que se han quemado en los cinco primeros meses del año 6.233 hectáreas. En este caso, no se supera la superficie quemada en todo el pasado ejercicio, cuando la cifra se situó en 7.321 hectáreas.

En el conjunto de la comunidad, se han contabilizado entre enero y mayo 1.492 incendios, de los que 818 se han quedado en conatos (un 55%, dato que utilizó el consejero para defender la eficacia del dispositivo que ha luchado hasta ahora contra el fuego). Durante todo el pasado año se habían registrado únicamente 1.346. Mientras, la superficie quemada se sitúa durante el primer tramo de este ejercicio en un total de 10.709 hectáreas (durante todo 2016 se habían contabilizado 14.151). 

De todas estas cifras puede deducirse que León registra tres de cada diez incendios en la comunidad entre los meses de enero y mayo y casi seis de cada diez hectáreas arrasadas. Suárez-Quiñones destacó además que se han registrado tres grandes incendios (más de 500 hectáreas), de los que dos fueron en León y uno en Salamanca. La escasez de lluvia, las altas temperaturas y el bajo nivel de humedad son algunas de las causas esgrimidas ayer por el consejero para explicar el incremento de incendios durante el inicio del año.

El diseño del operativo para la época de alto riesgo tiene en cuenta el riesgo de incendios en función de las condiciones meteorológicas y los comportamientos antrópicos previsibles. En este sentido, Suárez-Quiñones explicó que las perspectivas no son halagüeñas puesto que, aunque hay menos cantidad de pasto y resto de cosechas, el matorral y el arbolado tienen un bajo contenido de humedad y la reserva hídrica tanto del suelo como de los embalses y las charcas también es muy baja.

Es por eso que consideró que los incendios serán «fácilmente iniciables» si hay elementos que contribuyan a ello. En este sentido, cabe recordar que sólo un 7% se inician por causas naturales y el resto se deben o a imprudencias o a «comportamientos criminales». En el caso de la provincia de León, estos últimos representaron un 70% durante el pasado año. El consejero explicó que las circunstancias meteorológicas derivarán además en que los incendios de este verano serán «complicados de abordar» y de extinguir totalmente.

Por ello, se despliega un operativo de 4.350 profesionales (son 116 más que el año pasado y 221 más que en 2015). Concretamente, hay 2.437 trabajadores públicos de la Junta (1.114 ingenieros, agentes medioambientales y forestales y celadores que dirigen el operativo, 1.323 trabajadores de centros de mandos, torres de vigilancia y autobombas) y 1.913 efectivos que han sido contratados a través de empresas (467 en las cuadrillas helitransportadas, 1.223 profesionales de cuadrillas terrestres – dedicadas a tratamientos selvícolas, extinción y patrullaje– y 223 en medios aéreos –aviones y helicópteros– y maquinaria pesada).

Además, se cuenta con el apoyo de los efectivos de los medios del Estado, helicópteros, aviones desplegados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), la Guardia Civil y la UME.
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