Locura total en San Marcos para recibir al Real Madrid

Unas 600 personas, con muchos jóvenes y multitud de camisetas, se acercaron a ver la llegada del autobús delMadrid al Hostal, donde Pepe se paró a hacerse fotos

Jesús Coca Aguilera
26/10/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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- ¿Es festivo en León?
-¡Debe ser San Amilivia!

Esta conversación entre dos seguidores culturalistas en redes sociales, pocos minutos después de ‘aterrizar’ el Real Madrid en León, resumía a la perfección la locura que se desató en el Hostal San Marcos con la llegada de la expedición blanca.

Porque, si los cerca de 300 aficionados que había en el aeropuerto parecían muchos, la cifra se dobló a la llegada al Parador, donde se alojaba la plantilla y cuerpo técnico hasta que llegara el momento de partir hacia el Reino de León.

Si tres cuartos de hora antes ya había unas 200 personas ocupando las primeras filas de las vallas que se habían colocado de forma horizontal al Parador, dejando espacio para la llegada del autobús del equipo, que les dejó prácticamente en la puerta, en el momento de aparecer éste, en torno a las 12:35 horas, había ya en torno a 600 seguidores esperándoles.

¿Entre ellos? Mayoría de gente joven. «¡Hay más que en la manifestación!», comentaba uno de los asistentes, que venía de la Inmaculada, donde en esos momentos se celebraba una concentración estudiantil.

Pepe se paró durante varios minutos a atender a la gente, algo que también hizo un Isco que tenía pancarta de apoyo Y sobre todo, muchísimas camisetas del equipo ‘blanco’, con presencia de algunas banderas y también de algunas pancartas improvisadas sobre cartulinas o folios. En ellas, desde el apoyo a Isco de un niño que confiaba en que se acercara a saludarle el ídolo que para él es el malagueño; a las que mandaban ‘un saludo a Deportes Cuatro’ buscando salir en el programa; o la que se colaba con un mensaje de apoyo a Iniesta, lesionado para varias semanas el pasado fin de semana.

Con un importante despliegue policial y sin ningún tipo de incidentes, ya que predominó un gran civismo que por desgracia no es muy habitual en estos casos, fueron pasando los minutos hasta la llegada del autobús madridista, que desató los gritos de la gente cuando en torno a las 12:35 horas hizo girarse todas las cabezas al enfilar la calle Condesa de Sagasta.

Y llegó el momento que habían estado esperando. El bus aparcó a pocos metros de la puerta y de él, uno a uno, fueron bajándose los integrantes de la plantilla ante el griterio generalizado.

¿El primero en bajarse? Fue Kiko Casilla. Sin embargo, si hubo un jugador que se ganó el cariño y la admiración de todos los que estaban allí, fue sin duda el central portugués Pepe. Porque la estampa habitual de todos los jugadores fue la misma: se bajaban, lanzaban algún saludo y automáticamente se iban directos a entrar al Hostal.

Coentrao y Danilo realizaron una sesión privada de firma de autógrafos dentro del Hostal a los pocos minutos de la llegada Sólo dos jugadores rompieron la norma: uno Isco, que se paró a firmar un par de autógrafos, entre ellos al niño que portaba su pancarta; y otro Pepe, que se bajó de los primeros y no dudó en acudir a diferentes zonas del vallado para firmar autógrafos y hacerse fotografías con varios aficionados, entrando dentro cuando ya lo habían hecho todos sus compañeros, el último de ellos un Kroos que hacía una fotografía con el móvil al espectacular ambiente.

Llega el momento de la recogida.Entrar al Hostal San Marcos está prohibido, salvo para los clientes (dos de los cuales, instantes antes de llegar elMadrid, consiguieron entrar a duras penas al Parador tras minutos gritando que necesitaban pasar que sino iban a perder el tren) y para los pocos privilegiados que tenían invitación para asistir al acto privado de firma de autógrafos, que realizaron a los pocos minutos de llegar, dentro del Hostal, Coentrao y Danilo.

Tras pasar a un segundo plano durante los minutos anteriores, el partido vuelve a la primera plana:
-¡A ver si les damos un susto!
- Uff, eso es como ganar la Primitiva
- Bueno, pero hasta las nueve de la noche, es momento de soñar...
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